Este fin de semana larguísimo, hemos tenido a los niños en casa, y hemos aprovechado para adornar la Navidad. Cualquier cosa que hagas con los niños, te sabe a nueva, el entusiasmo y la ilusión que tienen es tan contagioso que al ratito, todos nos estábamos riendo a carcajadas. Mi madre me decía cuando mi hijo Daniel era pequeño: -¡Ten paciencia, y explícale las cosas, porque para el todo es nuevo!. Tú le has traído a este mundo, ahora tienes que enseñárselo.
- Cuando hay niños en casa, todo vuelve a ser nuevo para todos. Tienen tanta inocencia, tanto entusiasmo, que cualquier cosa cobra categoría de especial, cuando ellos la descubren. Todo les causa sorpresa, y es muy fácil ver sus emociones, porque su lenguaje corporal es clarísimo, son absolutamente transparentes.
-Hemos llevado al salón todas las cajas con los adornos y el árbol. El momento de desenvolverlos es único, cada bola, cada adorno se merece un ohh!
-Cuando mi hija Gema ha abierto todas las ramas del árbol y lo ha puesto de pié, Natalia se ha tapado la boca con las manitas y ha gritado ¡Hala!!
- Natalia tiene 2 años y medio, pero la encanta hacer las cosas ella sola, y con su divertido idioma dice: “tu, sola, tu sola”, que naturalmente quiere decir, que lo hace ella.
-Enseguida ha aprendido a colgar los adornos, coge con sus deditos las bolas, las estrellas, los muñecos, y las va colocando en las ramas, luego también cuelga tarjetas, y todo lo que se pueda colgar.
- Está entusiasmada, aunque a veces pone hasta tres bolas en la misma rama.
-El belén la ha encantado, Gema la ha puesto un pequeño escalón para que se suba y pueda colocar mejor las figuritas. En el río hecho de espejo ha puesto todos los patos, pero los animalitos de los pastores quería meterlos todos en el portal, porque la parecía que estaban más abrigaditos.
- Quiere vernos a toda la familia junta, y nos va llamando uno por uno hasta reunirnos en la misma habitación, porque quiere estar con todos, nos quiere a todos.
- Los niños, nos hacen valorar las cosas pequeñas de la vida cotidiana.
- Nos dan un amor incondicional…., y solamente quieren que les hagamos caso, que les cojamos, que les abracemos…
-Los niños, como no entienden ni de pasado ni de futuro, gozan tanto del presente que nos parece que lo ven de distinta manera que nosotros.
- Con los niños se aprende muchísimo, si te fijas, son tan bajitos, están tan cerca del suelo, que siempre se encuentran cosas, y observan otras en las que los adultos ni reparamos.
-Los niños notan quien les quiere, y quien es malo, por eso hay que hacerles caso cuando un adulto no les gusta, porque siempre tendrá algún motivo, la pena, es que con el tiempo ese don desgraciadamente lo perdemos, y por eso a veces nos engañan malas personas, a las que no hemos sabido reconocer.
-No hay que olvidar que el futuro de los niños, depende del presente que vivan
-Hay que aprovechar los primeros años de los niños para educarlos con muchos valores, y con mucha alegría.
-Ellos son nuestro futuro, y estas cosas que han aprendido en la primera infancia, ya no las olvidarán nunca, porque serán los cimientos de su vida adulta.
-No hay nada como la risa de un niño, porque se ríen con el cuerpo entero, es imposible estar triste si tienes cerca de un niño sonriendo.
-Los niños nos quieren como somos, nunca tienen segundas intenciones….
-“Los niños son la prueba de que Dios existe”
- Los niños son la esperanza del Mundo. ¡Cuidémoslos!
