Me molesta mucho, que la gente en el coche, se queje del tráfico, que se ponga nerviosa, que insulte, o que toque el claxon, porque no consiguen nada más que ponerse nerviosos, ellos y sus acompañantes, lo mismo que en la cola de cajas del supermercado. Yo suelo aprovechar para poner música en el coche, o me pongo a charlar mientras espero.
-Hoy, mi amiga Merche, me ha mandado un correo, que viene al caso, y que me ha impresionado, por eso, lo voy a compartir con vosotros.
-Una compañía americana, decidió compartir su espacio con las personas sobrevivientes del ataque del 11 de septiembre de las compañías de las torres gemelas.
A la mañana siguiente, el jefe de seguridad, les contó la historia de cada uno, explicándoles el motivo por el que todos ellos, habían llegado tarde a la oficina, ya que por eso, estaban vivos, y les hizo reflexionar, puesto que tenía que ver con motivos de “mala suerte”, que cuando nos pasan, nos enfadan y nos crispan.
-Al director de la compañía se le hizo tarde porque era el primer día del kínder de su hijito, y tuvo que acompañarle.
-Un chico, se retrasó, porque le tocaba comprar los “Donuts”, y había mucha cola.
-Una chica, se retrasó, porque su despertador no sonó.
-Otro señor, se vio metido en un terrible atasco en la carretera, debido a un accidente.
-Un chico, perdió el autobús.
-Otro, por culpa de la prisa, se tiró el desayuno encima, y tuvo que cambiarse de ropa.
-A un señor, no le arrancó su coche y tuvo que ir a buscar otro transporte.
-Un señor, estrenó un par de zapatos nuevos, pero le hacían tanto daño, que tenía ampollas, y tuvo que buscar una farmacia, y comprarse tiritas.
-Cuando nos pase cualquiera de estas cosas, ya no pensaremos lo mismo que antes, porque las cosas no pasan por casualidad.
-“No hay casualidades en el orden del Universo” no analizaremos por qué ellos se salvaron y los otros, no, el caso es que se salvaron, por eso, cada vez que estemos nerviosos porque nos estamos retrasando, pensaremos que a un grupo de personas, un día un retraso les salvó la vida.
