Me cuenta una amiga que la resulta imposible organizarse, que quiere quedar bien con todo el mundo y lleva
una temporada que queda fatal y siente que todo lo hace mal…..
-Yo, la conozco desde hace muchos años, y la he
aconsejado que planee su día.
-Creo que planear el día con una cierta
antelación, es algo muy práctico, aunque seas un ama de casa y no una ocupadísima ejecutiva agresiva.
-Por la noche, se pueden organizar un poco las
cosas para el día siguiente, dejando un buen espacio para un imprevisto, porque
la vida está llena de imprevistos, y si quieres disponer de un ratito para
tomarte un café con esa amiga que no ves hace mil años, pero que de pronto
estás deseando verla y contarte y que te cuente, pues ya tienes ese ratito.
-Además existen imprevistos familiares, porque
de pronto te llama tu hermana que por favor que vayas a buscar a su hijo al
colegio que tiene fiebre, pues ahí tienes el ratito, o tu amiga que te pide por
favor que te pases a recogerla porque se la ha pinchado una rueda y está tirada
con los niños y el perro en el coche en pleno centro de Madrid…..o mil cosas que te pueden
surgir.
-Es muy importante que te acostumbres a hacer
las cosas de una en una, porque aunque seas una persona muy lista, no eres
superwoman, y las multitareas cansan muchísimo.
-Tampoco te vendría mal decir ¡No!, más a
menudo, porque todos los que te conocemos, sabemos que no puedes decirlo sin
sentirte culpable, ya que piensas que les vas a hacer una faena, que les vas a
decepcionar…..
-Aprende de una vez, que nunca se puede agradar
a todo el mundo. Recuerda el maravilloso cuento del “Libro de los Enxiemplos
del Conde Lucanor et de Patronio”
titulado: “De lo que aconteció a un hombre bueno con su hijo”
-Cuentan que iban un padre y su hijo sentado en el burro al campo. Al pasar el
primer pueblo, un hombre dijo que era una vergüenza que el padre que era mayor fuera andando,
mientras el hijo, joven y vigoroso, iba sentado en el burro.
-El hijo, se bajó apurado y se sentó el padre. En el siguiente pueblo dijeron lo
contrario, y se bajaron los dos, y en el tercer pueblo, les dijeron que si eran
tontos llevar el burro descargado y ellos cansadísimos, así que hay que leer la
moraleja que es muy sabia y dice:
-“Mejor hacer en esta vida lo que uno crea correcto, porque si
escuchamos a los demás e intentamos agradar a todo el mundo….puede que un día
acabemos sin darnos cuenta, con el burro a cuestas”.
-Nadie es indispensable en ningún sitio, y por
mucho que te duela, las cosas funcionan sin ti.
-Tienes que quererte y valorarte y priorizar lo
que tú quieres y lo que a ti te gusta, no solo tener en cuenta lo que quieren
los demás.
-Tú no tienes la culpa de que los demás se
aburran o se diviertan, Dios te entregó una persona maravillosa para que la cuidaras.
Y esa persona eres ¡Tú!
-Disfruta con tu vida diaria, que es mucho más
interesante de lo que aparenta, si te fijas bien. Mira al cielo, respira, date
un paseíto y disfruta de la belleza que te rodea. Haz lo que te gusta.
-No te metas en pleitos ajenos si no es indispensable.
A cada uno le basta con sus disgustos, y con los de sus allegados.
-Verbaliza lo que sientes; habla con alguien de
tu confianza, o si no charla con un psicólogo, porque “Los sentimientos que no
se expresan, se convierten en resentimientos” como dice mi amiga Irene Cicero,
gran psicóloga.
-Diviértete haciendo lo que te gusta, date un masaje relajante, porque una
hora de placer, sustituye perfectamente tres horas de sueño reparador.
-¡Quiérete mucho!