El libre albedrío es la habilidad que tiene cada
persona para tomar sus propias decisiones.
-Los católicos hemos estudiado en el catecismo que Dios nos hizo libres, y
que somos capaces de escoger entre el bien y el mal , porque tenemos “libre
albedrío”.
-Vivimos una época de cambios y de
descubrimientos, y resulta que ahora los neurocientíficos, nos hacen dudar de que
seamos nosotros los que controlamos conscientemente nuestros actos.
-Ya en 1983, Benjamín Libet, demostró que
nuestra sensación de libre albedrío, podría ser una ilusión, y cada año que
pasa, esta teoría va aumentando.
-El famoso experimento de Libet, tiene tres
componentes vitales: una elección, una medición de la actividad cerebral, y un
reloj.
-Se hizo el experimento con unos participantes,
a los que se les instruyó diciéndoles que dejaran que se moviera su brazo derecho o
su brazo izquierdo, según ellos
quisieran, y que en ese momento, marcaran en su reloj el punto exacto; cuando decidieran
hacer el movimiento con el drcho, o con
el izquierdo.
-Les conectaron unos electrodos en su cuero
cabelludo, para así poder medir la actividad cerebral mientras lo hacían.
-Si movían la mano derecha, se encendía una
parte del cerebro diferente a si movían la mano izquierda .
-El resultado fue sorprendente, ya que
comprobaron que cuando los participantes decidieron mover un brazo, y marcaron
el reloj, su cerebro ya había tomado la decisión antes de que ellos estuviesen
conscientes de ejecutarla , puesto que ya estaba iluminada esa zona.
-¡Nuestro cerebro decide antes de que nosotros
pensemos en hacerlo!
-Los neurocientíficos están casi seguros de que el libre albedrío, es tan solo
una ilusión; nosotros no controlamos conscientemente nuestros actos, así que
parece somos simples marionetas en manos
de nuestro subconsciente ya que no somos
dueños de nuestras decisiones.
-Yo no soy neurocientífica , pero creo que visto
lo visto, volvemos a la importancia que tiene la educación, la niñez, la
familia, los amigos… porque todo lo que nos parece importante, se grabará en
nuestra mente y pasará a formar parte de nuestro yo interior, que parece que
será el encargado de decidir.
-Los niños, a los que siempre volvemos son la
única esperanza de que haya una sociedad mejor con personas felices, con hombres nuevos que tengan
valores claros y firmes, que respeten la naturaleza , y que sean altruistas y
empáticos, porque de este modo, conseguiremos un mundo mejor.
-Buenas noches.