Nuestro estado de ánimo no depende de las cosas
trascendentales que nos ocurran, sino que se ve afectado por pequeñísimos
cambios de los que si somos conscientes nos podremos ocupar y así
evitaremos la tan temida “depresión
otoñal”.
-Alex Korbb, profesor de la Universidad de
California (UCLA, EEUU), afirma que con pequeños cambios positivos que nos
alejen de actitudes negativas que
nosotros producimos, y que nos hacen estar muy tristes, conseguiremos alejar
los estados depresivos que tanto mal nos hacen.
-Este eminente científico, confirma eso que todos sabemos pero que no siempre
practicamos, y que consiste en que cuando notemos que empezamos a sentirnos
mal, deberemos como decimos en España: “darle la vuelta a la tortilla” preguntándonos
con sinceridad: “¿Por qué cosas me siento agradecido?”.
-En cuanto empecemos a agradecer nuestra salud, las personas queridas
que tanto queremos y que nos quieren …etc,
empezará a aumentar la densidad de nuestras neuronas y la inteligencia
emocional,
ayudando a su vez a mejorar nuestras relaciones personales.
-También aumenta la presencia y la actividad de
dos potentes neurotransmisores; la
serotonina y la dopamina, que son las sustancias que nos dan sensación de placer y felicidad en los centros de
recompensa del cerebro.
-También ha demostrado que existen alimentos
como la cerveza que es una liberadora natural de dopamina, ya que desde el
primer trago aumenta la producción de este neurotransmisor.
-También deberemos identificar nuestras
emociones, y ponerles nombre, y hablar de ello, porque al verbalizar nuestras
inquietudes, produciremos cambios significativos en nuestro cerebro, reduciendo
su impacto negativo.
-Tomar decisiones y establecer objetivos claros,
hacen que cerremos esos episodios de miedo, tristeza e incertidumbre, y
reduzcamos la ansiedad y el estrés.
-Por último ABRAZAR, es algo que dejamos de
hacer al crecer, quizás por vergüenza o pudor mal entendido, porque abrazar es
una manera de demostrar nuestro aprecio, y en cuanto abrazamos a alguien,
empezamos a secretar hormonas destinadas a combatir el dolor, como la
oxitocina.
-Un abrazo largo, es tan bueno para nosotros,
que nos hace sentir queridos y a salvo, además de llenarnos de endorfinas y
dopamina.
(Todo esto ataca a nuestro sistema inmunológico)
-Nuestro sistema inmunológico se refuerza con abrazos hasta
tal punto, que las personas que se abrazan con asiduidad, están más
protegidos contra las infecciones.
-¡Tomaremos nota y nos abrazaremos mucho más!
-Buenas noches.