Hace un par de días mi amiga Raquel me mandó un
whattsApp desde su paraíso de vacaciones, diciéndome que no tenía ninguna
entrada de blog, el pasado martes 20 de agosto, yo le contesté que miraría por si no lo había
colgado bien.
-Llevo una hora tratando de investigar lo que
pudo haber pasado y no lo entiendo, porque desde luego yo escribí mi entrada
como todas las tardes.
-Perder cosas es algo que nos sucede a todos; a
menudo, perdemos las llaves, las gafas de sol, cualquier cosa, pero perder una
entrada hecha y trabajada, no me había pasado nunca.
–He hecho
un nudo a San Cucufato, y hasta que no lo encuentre , no le desataré, a ver si
así aparece gracias a él, como suelen
aparecer mis gafas de sol o mis llaves.
-Lo que me da más rabia, es no saber nada sobre
esa entrada, porque la verdad es que no me acuerdo de que trataba ni de cómo la
titulé, y no puedo mirarlo en mi diario,
porque últimamente no escribo nada , ya
que estoy tan liada que no encuentro el momento.
- Cada día me doy más cuenta de lo práctico que es
contar un poquito lo que he hecho cada día, porque me sirve de recordatorio.
-A veces me llaman mis hijos a preguntar que
hice en tal o cual fecha, para saber si habían comido en casa o alguna otra
cosa que les dé una pista para encajar algo que no recuerdan.
-Así que mañana lo buscaré por mi portátil, y si
sigue sin aparecer, pediré ayuda a
alguno de mis hijos, y si no aparece,
escribiré otro, porque no me gusta dejar huecos si no es por una razón de
salud.
-Buenas noches.