No hay nada que nos dé más placer
que tender la mano a quien lo necesita, aunque no nos lo haya pedido.
-No se trata de meternos en las vidas ajenas sino de ofrecer a alguien nuestra mano para que sepa que estamos dispuestos a ayudarle si hiciera falta.
-A veces sabemos que una persona
está pasando por una situación difícil como la que pasamos nosotros, y puede
que oír nuestra experiencia , les aligere de su carga.
-A veces el simple hecho de escuchar
a esa persona le hará sentirse mejor, aunque tú no pronuncies ni palabra.
-A veces estas ocasiones surgen en la calle; un extranjero al que han robado, o que no encuentra su camino al hotel.
-Nuestra ayuda le facilitará las
cosas.
-Siempre recibirás a cambio de tu
ayuda una maravillosa sonrisa.
-Los budistan opinan que si no eres capaz de ayudar a los demás, procura que tus actos al menos no eviten su felicidad.
-Una manera de contribuir al bienestar ajeno, es no complicándoles la vida.
-Buenas noches.