Esta mañana mientras desayunaba, he leído en la revista “Metrópoli”, del Mundo que Pedro del Hierro se retira de la moda, con una gran exposición en El Museo del traje de Madrid.
-He pensado que si llego a estar en París, no me la habría perdido por nada del mundo, así que se lo he dicho a mi marido, hemos cogido el coche, y directos al” Museo del traje”.
-A mí me encanta Pedro del Hierro, y tengo muchísima ropa de él, que compro en su boutique.
-Al llegar al museo,( que está al lado de La Moncloa, en la avenida Juan de Herrera nº 2, y está al lado de la boca del metro “Moncloa”), me ha sorprendido, pues ese edificio, era el Museo de Arte Contemporáneo, que yo conocía tan bien cuando mis hijos eran pequeños, y que íbamos a visitar muy a menudo, porque era absolutamente interactivo, y sus esculturas se podían tocar.
- El jardín estaba lleno de esculturas. Recuerdo un precioso coche antiguo, tipo Ford T, en el que se subían mis hijos y se sentaban. Tenemos varias fotos de entonces.
-Pedimos dos audio guías, y empezamos el recorrido. Tiene una maravillosa colección de trajes, de tiempos lejanos, con estatuas y exvotos, con cuadros y vírgenes, para ver la indumentaria que se usaba, con cuadros de la Reina Isabel de Borbón (1630), Don Juan José de Austria (1690).
-Hemos visto, desde una colección de indumentaria histórica del siglo XVI, hasta la colección de alta costura de Pedro del Hierro, pasando por la evolución de los vestidos femeninos y masculinos, el polisón, el can can, el miriñaque, el corsé, el liguero.
-Maravillosos trajes hechos con tejidos pesadísimos,( que agobia solamente pensar que te lo tenías que poner ). Trajes que la emperatriz Eugenia de Montijo, puso de moda, con adornos de flores,( para disimular que carecía de joyas), como cuenta Pilar Eyre en su magnífico libro “Pasión Imperial”. También dedica un apartado al modisto de Eugenia de Montijo, Worth, que cambió su imagen, y como cuenta en “Pasión Imperial”, ha sido el primer modisto que ha habido, en el sentido moderno de la palabra.
-Tenía toda clase de complementos: zapatos, bolsos, guantes, vestidos de las collares, capotas sombreros, trajes de la época de Mª Antonieta, vestidos de princesas, la Belle Ëpoque, con sus vestidos, y collares.
-Me gustó mucho” La Ilustración y el casticismo”, con sus vestidos “a la francesa, sus casacas, sus “chupas “ elegantísimas bordadas con hilos de plata que llevaban los hombres debajo de las capas, y que nada tienen que ver con las que usan nuestros jóvenes
-Trajes de criadas, de amas de cría, trajes regionales, trajes de majas, los chales, las cofias, las mantillas, trajes de toreros, trajes de oficios diversos, hasta un vestido de “La Chata”. Hay una preciosa colección de sombrillas y abanicos que sustituían al aire acondicionado en los calores del verano madrileño. -Los trajes de luto, los adornos de abalorios, los trajes de calle más ligeros en telas de seda.
-Me ha encantado ver las pequeñas muñecas de porcelana antigua que vestían a la moda, para hacer de modelos, y que las damas las pudieran ver con los distintos trajes, hasta “la Tarasca” de los carnavales. Todo ello era lo único que tenían para seguir la moda, hasta la aparición de las revistas de moda.
Luego tiene una sala dedicada a las famosísimas muñecas de después nuestra guerra civil, Mariquita Pérez, y su hermano Juanín, con un amplísimo vestuario, que hacían igual, para la niña de buena familia, y la muñeca.
-Al llegar a Mariano Fortuny, el hijo del pintor, gran diseñador textil, y de vestuario teatral, ya estaba medio muerta, así que pasé volando por Pertegaz, Balenciaga Christian Dior , Helio Berhanyer….etc para poder ver la colección de Pedro del Hierro, que es la que realmente habíamos ido a ver.
.Pedro del Hierro presenta una colección de alta costura impecable, que no tiene nada que envidiar a los modistos parisinos. Hay unas fantásticas fotografías, de Silvia Polakov, que ha retratado a 10 mujeres de gran relevancia social, posando con algunos de los trajes que forman la muestra. Como Aline de Romanones (la aristócrata por matrimonio, que fue espía)
-Al salir, nos hemos sentado en un precioso restaurante cafetería, elegante y minimalista, que hay en el jardín del museo, donde nos hemos tomado una tortilla de patata calentita y una cerveza, y, donde sobre todo hemos descansado muchísimo, pues es un sitio muy tranquilo, al que también pienso volver
-La visita ha sido maravillosa, pero creo que hacerla de una sola vez, es demasiado cansada. Yo pienso volver esta Semana Santa con mi hija, que la encantan los trajes de época.
