"Aprendemos Cada Día"

La vida es la mejor escuela, y no cabe duda de que aunque  cada día aprendamos un montón de cosas,  no somos  conscientes de ello.

- La vida nos está enseñando el aprendizaje
puro;  a veces cuando hacemos algo mal y estamos muy frustrados, no valoramos,  que  hemos adquirido una serie de conocimientos que ya nunca se nos van  a olvidar, y no soy de las que pienso que” la letra con sangre entra”, pero a veces confundirnos es la única manera de que aprendamos algo.

-Aprendemos entre otras cosas a ser pacientes, porque con paciencia podremos alcanzar nuestras metas.

-La experiencia, nos  enriquece cada día tanto  o más que el aprendizaje formal o la instrucción.

-A medida que  cumplimos  años,  vamos adquiriendo una serie de hábitos y habilidades, que  han pasado a formar parte de nuestro yo  íntimo y que está profundamente arraigado en nuestro  subconsciente  y en nuestra moral personal.

-La gente que desprecia a las personas mayores,  que tienen más experiencia que ellos, no sabe lo que se confunde.

-Yo he aprendido a respetar a los mayores, porque son muy importantes y valiosos y tienen muchísimo que enseñarnos.

-Aprender es una habilidad mental. y las personas forjamos con nuestro aprendizaje actitudes , habilidades e incluso ideales, por eso la experiencia nos permite escoger por idoneidad eligiendo entre muchas cosas que hemos visto y que hemos vivido la que más se adapta a nuestra manera de ver la vida.

-Tengo experiencia como profesora y sé que nunca podré ayudar al que no quiere que le ayuden.

-Los chinos opinan que las mujeres de 50 años son sabias, y creo que tienen razón, porque si son mujeres observadoras, que  han vivido muchas experiencias,  al sucederles otras similares, pueden comparar situaciones y aproximar posibles resultados.

-A veces nos damos cuenta de que para algunas personas su rostro es el reflejo de su alma.

-Mi suegra que tuvo a mi marido casi con 50 años, era mayor que mi abuela, y como había sido maestra de pueblo en años muy duros de la década de 1940, era una mujer con mucha experiencia en ayudar a los demás, ya que en su pueblecito, la consideraban un  poco la consejera sentimental de las mujeres.

-En los pueblos de Castilla en aquellos años, carecían casi de todo, y la mejor manera de pasar un buen rato era sentarse al brasero para hablar de los problemas cotidianos y de la vida, y esto la dio un rodaje como psicóloga vocacional tremendo.

-Un día, estando conmigo en casa, vino a verme una amiga mía, profesora de inglés , y estuvo charlando con nosotras y tomándose un café. Mi suegra al despedirla la dijo:

-¡Hija, ten cuidado con ese maestro que no parece un buen hombre, y tu eres muy inocente…..

- Cuando se marchó, yo estaba indignada por lo que la había dicho, pero me callé porque ya no tenía remedio, aunque no me cabe duda de que se me notaría en la cara….

 -Ella, que era mujer de pocas palabras, me  dijo como si fuera una sentencia:

-¡Pobre chica, acabará sola y abandonada, porque me recuerda mucho a una chica de mi pueblo que actuaba exactamente igual que ella,  y al final el marido se fugó con su dinero y con la panadera!.

-Yo,  me quedé de piedra, porque me pareció una falta de respeto el que ella,  que no conocía a mi amiga de nada, hiciera esos pronósticos tan terribles, pero mi suegra , no se enfadó y me dijo:

-¡Ojalá me confunda, ojalá me confunda!

-Ahora que han pasado más de 10 años, me estoy acordando de que efectivamente a mi amiga su pareja, que no llegó a casarse con ella, no solo la plantó por una maestra joven , sino que se llevó su  coche y la  vació su cuenta corriente.

-La vida a veces nos hace ser como la Srta Marple de Agatha Christie, que siempre comparaba a unas personas con otras que había conocido anteriormente, por eso a las personas mayores hay que escucharlas siempre, no solo por respeto, si no porque tienen mucha experiencia y mucho que enseñarnos ya que llevan muchos años en la maravillosa escuela de la vida.