Hace años,
leí un libro chiquitito que me regaló mi amiga Ana Postigo y que se llamaba “El
equivalente mental”.
-Estoy pensando
que era muy parecido a “El Secreto” que
todos hemos leído y ha sido best seller en todo el mundo.
-Emmet Fox,
su autor, fue
un sacerdote que se dedicó básicamente a recuperar a grupos de “Alcohólicos Anónimos”, y que escribió y trabajó mucho la autoayuda.
un sacerdote que se dedicó básicamente a recuperar a grupos de “Alcohólicos Anónimos”, y que escribió y trabajó mucho la autoayuda.
-Este autor,
se basaba mucho en la metafísica, y su gran baza era que todos somos
responsables de las cosas que nos suceden, porque primero las pensamos.
-Nosotros
conocemos a un señor que está obsesionado con las corrientes de aire, y en
cuanto está un ratito sentado en un sitio en el que él cree que hay una
corriente de aire, se constipa y se pone malo.
-Su
subconsciente se lo cree y en cuanto empieza a pensar que se va a constipar,
pues se constipa, porque lo está demandando…….
-Las cosas
que más tememos son las que más atraemos que es lo mismo que mantienen
actualmente miles de autores de auto-ayuda y que todos llamamos:”La Ley de la Atracción”,
y que Emmet Fox, llamaba : “El equivalente mental”.
-Si deseas
algo, lo primero que tienes que hacer es construir un equivalente mental de
ello.
-Tienes que
pensar en que ya lo tienes y actuar como si lo tuvieras.
-Si quieres
estar delgada como le pasó a mi amiga Carmen, actúa como una delgada, compórtate
como si fueras delgada, come bien, sin gula, un poco de todo como comen las personas delgadas, y enseguida,
mucho antes de lo que te imaginas, te darás cuenta al mirarte en el espejo de
tu cuarto de que estás delgada.
-La puerta
del cielo se abre hacia adentro. Esta frase es muy mágica y muy simbólica,
porque la mayoría de las puertas se abren hacia afuera.
-Para abrir
una puerta como la del cielo, no vale empujar a lo bruto, porque cuanto más
empujes más la cierras, para abrirla solo necesitas delicadeza.
-Tienes que
agarrar el pomo o el llamador y suavemente retroceder hasta que la abras del
todo, entonces, pasas y la vuelves a cerrar.
- Si
reflexionamos nos daremos cuenta de que muchísimas veces no conseguimos lo que
queremos porque tenemos prisa, queremos que todo se haga en un momento,
empujamos para abrir, y todo en la vida necesita su tiempo.
-Si queremos
sembrar una planta cualquiera, debemos preparar la tierra, mojarla, abrir un hueco,
enterrar la semilla y taparla.
-Luego la
regaremos adecuadamente y esperaremos a que le llegue su momento y empiece a
asomar sus hojitas.
-Si a los
tres días, nos impacientamos y decimos: ¡Esto no vale!, ¡esto es una birria!,
y revolvemos la tierra, y sacamos la semilla, ya nunca saldrá y nosotros habremos perdido la
oportunidad de presenciar el pequeño milagro.
-Si deseas
una cosa, piensa en ella con interés y entusiasmo.
-Si nos
fijamos en las personas triunfadoras, no desfallecen, creen en sí mismos, y
creo que esa confianza les da poder y aumenta las posibilidades.
-Mucha gente
que inaugura un negocio y no progresa, es porque solamente tiene un plan que
consiste en sacarle el dinero a la gen te para enriquecerse él, pero en cambio,
si una persona lo abre con la ilusión de
ofrecer un servicio impecable a buen precio, y se dedica a su trabajo con ilusión
y alegría, tiene muchísimas posibilidades de triunfar porque a todos nos gusta
la seriedad y el trabajo bien hecho.
-La puerta
del Cielo se abre hacia dentro, así que
tendremos alegría, paciencia y confianza, nos relajaremos mentalmente, y no nos
obsesionaremos con el problema, y enseguida, la puerta se nos abrirá.