-Esta tarde hablaba yo con mi hermana Mima, de que la vida ha cambiado mucho y muy deprisa, quizás demasiado deprisa para los que vivimos una época interesante.
- Tuvimos profesores muy modernos que enseñaron
a los chicos a apretar los dientes y a
aguantarse porque tenían que ser machos, y a las niñas nos leían los libros de
urbanidad donde decían que las niñas educadas no lloran en público ni dicen lo
que piensan.
-Ahora se he estudiado muchísimo al respecto, y
se ha llegado a la conclusión de que hay que aprender a gestionar las
emociones, porque es la única manera de poder tener tranquilidad y felicidad.
-Sabemos que no solo no es cierto que guardar
las emociones sea bueno, sino que es malísimo porque cada sentimiento que no se
expresa se convierte en resentimiento.
-Cuando tienes miedo, no te crecen las uñas,
porque todo tu organismo está alterado.
-Los niños son los que tienen la oportunidad de
aprenderlo ahora, en su infancia, porque si ´dedicáramos 20 minutos diarios a enseñarles
que las cosas pasan y que hay que intentar aceptar lo que no puede cambiarse,
pero que deben cambiar lo que es cambiable.
-Debemos decirles que cuando están disgustados porque su amigo no quiere jugar con ellos, puede intentar arreglar las cosas, pero que si
el otro no le quiere, lo mejor es dejarlo y buscar otro compañero de juegos.
-Tienen que tener claro que nadie tiene derecho
a herirles, que si no les quieren que no vayan con ellos pero que no les hagan sufrir.
- -Dicen los científicos que si personas expertas se dedicaran 20 minutos
al día a explicarles eso a los niños con
el vocabulario apropiado, en un mes ya
sabrían reaccionar de la manera más apropiada y menos traumática posible , y
aprenderían fácilmente a gestionar sus emociones.