Sabemos que
nuestro cerebro es el que manda en nuestro estado de ánimo, y como casi nunca
prestamos demasiada atención a las palabras que decimos, pues nuestro cerebro
nos escucha e intenta hacer realidad
nuestras palabras.
nuestras palabras.
-Si nos
fijamos en las personas triunfadoras, las que destacan en lo que hacen, veremos
que siempre son muy positivas.
-Las
personas negativas y fracasadas son las que cada vez tienen más motivos para
quejarse.
-Si al mirarte
al espejo, tú mismo te descalificas, sales a la calle pensando que estás gordo,
o delgado, con malos pelos, o con una sonrisa feísima, pues la gente te verá
así, exactamente como tú has dicho.
-Estos días
después de estar en el hospital, sin darme cuenta decía todo el rato a mis
amigas y a mi familia que me sentía muy
floja, y así era, en cambio ayer empecé a decir que cada día estoy un poco mejor, y
desde luego estoy mejor……
-Aunque
parezca una tontería, muchas veces somos culpables de lo que nos pasa, porque
atraemos lo negativo, así que vamos a intentar programar nuestro cerebro
inconsciente.
-Vamos a
reprogramar nuestro cerebro con los mensajes adecuados y poco a poco, notaremos
como las cosas mejoran cada día un poquito.
-Mi hermana
Mima, siempre dice que tenemos que ser nuestro abogado defensor no nuestro
fiscal, y perdonarnos nuestros fallos.
-¡Mañana
todos notaremos que hemos mejorado un poquito!