Ayer escribía yo en mi blog que los niños
necesitan sentirse queridos, y hoy añado que los mayores también.
-Esta mañana al abrir mi correo, he leído uno
que me manda Carlos,
un lector de mi blog que me ha emocionado:
un lector de mi blog que me ha emocionado:
“¡¡¡Aleluya!!!
Porque sabemos que has vuelto a casa…
¡¡¡Aleluya, aleluya!!!
Porque todos los ángeles se han congregado en tu
ayuda…
¡¡¡Aleluya, aleluya, aleluya!!!”
-Cuando estamos convalecientes, las muestras de
afecto, creo que nos hacen mucha más falta, y valoramos la sensibilidad de las
personas que se preocupan por nosotros.
-¡Gracias Carlos!
-Ahora mismo leo un WashApp de mi primo Julián
José y también se lo agradezco mucho.
-Hace un ratito ha venido al cuarto donde estoy escribiendo,
y se me ha subido en el regazo para que la acaricie y la diga cosas.
- Ahora, son solamente las 7 y media de la tarde
y hay muchísima luz, pero Chundi,ha venido como una flecha en cuanto me ha oído
teclear en mi portátil, a pesar de que a estas horas suele estar dormitando en
su guarida, para salir alrededor de las 9 o las 10 que es cuando suelo escribir
mi blog habitualmente.
-Los detalles de cariño nos cambian el humor y
el ánimo, por eso, esta tarde estoy muy animada, y me he puesto a hacer mi
famoso bizcocho para llevárselo mañana a Santi a la peluquería, porque sé que
nos han echado mucho de menos tanto a mí como a mi bizcocho que acompaña
siempre al riquísimo café con el que nos obsequia.
-Todos a
lo largo de nuestra vida, vamos formando una mágica cadena de cariño, que cada
vez se va haciendo más larga, la mía debe ser ya casi como la escalera de Jacob
que menciona la Biblia en el Génesis(28,11,19) por la que los ángeles ascendían
y descendían del cielo, y que la vio Jacob durante su sueño tras huir de la
pelea con su hermano gemelo Esaú.
-Por eso debemos ser afectuosos con los que nos
quieren, ya que el cariño es una caja de resonancia que devuelve lo que recibe.
-Las personas tenemos que valorar los pequeños
detalles ya que son los que nos dan la felicidad,
porque la felicidad está tejida por pequeños momentos.
-Debemos agradecer las cosas buenas, y no sentir
vergüenza en decir gracias, lo mismo que enseñamos a los niños; ya que como
decía mi suegra que era muy refranera : “El que no es agradecido , no es bien
nacido”.
-Todos necesitamos a todos, y no hay nada más agradable
que comunicarte con las personas adecuadas y pasar un ratito charlando.
-El
afecto es muy importante para la salud emocional de las personas, y si te
sientes querido y apoyado tienes mejor salud, y si te enfermas, te recuperas
mucho antes.
-¡Gracias,
gracias, gracias!