“Palos y piedras dañarán mi cuerpo, pero no me
harán daño las palabras”.
-¡Ojalá, esto fuera verdad!, porque todos
sabemos que a veces nos duele mucho más una palabra que una bofetada.
-La ira no es buena consejera, y las personas
cuando se enfadan, aunque crean que saben controlarse, no es así, porque en las
discusiones, acaban diciendo cosas que
en el fondo no sienten, y que únicamente
están dictadas por la ira del momento y se dicen para fastidiar al otro.
-“Palabra suelta no tiene Vuelta” dice el refrán
español, y yo creo que es verdad, porque hay palabras que nunca se olvidan.
-Tenemos que intentar darnos cuenta de lo que
decimos, cuando lo decimos y cómo lo decimos, porque el que recibe nuestra
ofensa, verá todo, y recordará todo, y a veces no somos conscientes de la
tristeza y el dolor que hemos causado.
-Tengo una amiga que rompió una amistad de años
porque su amiga le dijo en una discusión que tenía” ideas de bombero jubilado”.
-Esta chica era inglesa, y no entendió el
contexto de la broma, porque en Madrid, es una tontería coloquial, y no tiene
mayor trascendencia, y se usa a veces para decir que cómo se te pueden ocurrir
estas tonterías
-Así que vamos a pensar un poco las cosas antes
de decirlas, sobre todo en momentos de crisis.
Una amiga mía andaluza muy graciosa decía cuando se enfadaba: “No te lo voy a decir, porque si te lo digo…”, y todas la decíamos: ¡Dilo!, ¡dilo!, y nunca lo decía, y al final siempre hacíamos las paces.
Una amiga mía andaluza muy graciosa decía cuando se enfadaba: “No te lo voy a decir, porque si te lo digo…”, y todas la decíamos: ¡Dilo!, ¡dilo!, y nunca lo decía, y al final siempre hacíamos las paces.
-Si estamos malhumorados, lo mejor es posponer
las discusiones para otro momento más sereno, y entonces, ya no nos entrarán
ganas de insultar, y resolveremos la situación argumentando, o discutiendo,
pero no insultando.
-No debemos cargar sobre nuestros hombros la
culpa de haber dado mucha infelicidad a alguien por nuestra ira, o la de perder una vieja amiga por no saber decir ¡lo siento!
-Si en el pasado perdimos amigos por culpa de
malas palabras, ya es tiempo de darles un telefonazo y aclarar las cosas, con
un simple: ¡Lo siento!