-Creo que la vida es sorprendente y si dicen que
seremos jóvenes, mientras
conservemos nuestra capacidad de asombro; como cada día nos enteramos de
algo que consigue dejarnos con la boca
abierta, lo somos sin lugar a dudas.
-Miles de
bebés prematuros desde 1903 hasta 1943,
salvaron su vida y hoy son adultos sanos gracias a un médico alsaciano que como un feriante , se dedicó a exhibir a los bebés en el Parque de
Atracciones de Coney Island, dentro de las incubadoras.
-Martin Arthur Couney, un médico alsaciano que estudió medicina en
Berlín, con el profesor Budin que llevaba años dedicándose a investigar sobre las incubadoras.
Su idea se basaba en las incubadoras que utilizaban para criar pollos, de tal
manera que esa pequeña cámara cerrada calentada con agua, pasó de criar pollos
a sacar adelante bebés humanos.
-En aquella época , nadie se esforzaba por criar a los prematuros; la
clase médica en general creía que atentaban
contra la maternidad natural, y les dejaban morir tranquilamente.
- El Dr Budin envió a su discípulo Couney, a la Gran Exposición Industrial de
Berlín de 1896 para que montara una
exhibición con las incubadoras a las que
llamaron “Kinderbrutanstalt”, que significa criadero de niños.
-Couney ilusionadísimo con la idea, consiguió
que un hospital municipal le “prestara” 6 bebés prematuros cuyo destino era la
muerte, y los consiguió salvar.
-Los visitantes de la exposición pagaban la
entrada encantados para ver a los
pequeñísimos bebés respirar dentro de sus incubadoras de metal y cristal.
-Couney emocionado utilizó el dinero obtenido en
la exposición en viajar a los Estados Unidos , pero observó que los médicos
americanos llevaban un retraso de varias décadas con respecto a Europa, así que
encargó las mejores incubadoras a Francia, ya que los hospitales franceses eran
líderes mundiales en el cuidado de bebés prematuros.
-Montó en 1903, tras el éxito obtenido en la
exposición un show estable en Coney
Island, contratando amas para dar de comer a los lactantes.
-Cada entrada costaba de 10 a 25 céntimos por
observar a los bebés tras una ventana cristal, pero muchos iban todos los días
fascinados por la oportunidad de ver crecer a esos diminutos bebés.
-Pagaba muy buenos sueldos a las enfermeras que les cuidaban ,a las amas y a las
matronas; contrató a un gran cocinero para que comieran adecuadamente.
-Les exigía que llevaran una vida ordenada y si fumaban, bebían, o comían un perrito caliente, las echaba inmediatamente. Contrató también médicos que les ayudaban a cuidarles durante las 24 horas del día.
-Las enfermeras vestían impecables uniformes blancos almidonados, y los médicos batas blancas; la sala de las incubadoras estaba limpísima.
-Los niños se los entregaban directamente sus
padres en cuanto nacían, porque en los hospitales les decían que eran
incompatibles con la vida.
-Las familias de los bebés no tenían que pagar
ni un céntimo, solamente debían firmar
un consentimiento aceptando que su bebé se exhibiera en la feria. Había niños
de todas las clases sociales , desde bebés abandonados hasta hijos de padres ricos e importantes , porque
sabían que tras unos meses con Couney, volverían a tener un bebé sano en casa.
-Empezó con unos poquitos prematuros, pero
después fueron aumentando y se calcula que habiendo recibido unos 8.000 niños salvó a 6.500 niños hasta 1940.
-Esta mujer Lucille Horn, nació prematura con
otro gemelo que murió en el año 1920, y
le dijeron a sus padres que no viviría, así que llevaron la niña a la feria y
seis meses después , volvía a casa con muy buen estado de salud.
- Con 95
años la hicieron una entrevista , en la que cuenta que de jovencita fue a visitar al “Dr Incubadora”, (como le
llamaba la prensa), y que se emocionó al verla y se la presentó a una madre que miraba la incubadora de su bebé preocupadísima,
y que al verla y escuchar se historia , se llevó una gran alegría.
(Esta enfermera, es Hildegarde Couney, que también fué prematura , sosteniendo a un bebé prematuro)
-Al principio la noticia puede escandalizar o
indignar, pero al leerla despacio, vemos que tras ella hay una gran historia de
un médico que quizás con métodos poco
convencionales, cambió el curso
de la ciencia médica.
-Buenas noches.