Me ha mandado una amiga un whattsApp muy gracioso que dice:
-“Estoy dudando si coger el paraguas o una
pareja de animales de cada especie”.
-Es que en Madrid solamente llueve de cuando en
cuando, pero cuando le da por llover, se arma la marimorena, porque no estamos
preparados para recibir esa lluvia, ni creo que nos vayamos a preparar nunca.
-La lluvia
que cayó ayer por la tarde en Madrid, fue tan exagerada que inundó
varias estaciones de metro, y túneles en la M-30.
-Además existe una relación directa entre la luz
y la serotonina, por eso los días oscuros y lluviosos afectan a nuestra memoria
y a nuestra concentración.
-En cambio, yo, como tengo un poco de asma,
respiro de maravilla y por eso disfruto asomándome a la terraza a ver llover.
-El olor de la lluvia es tan agradable porque
las fragancias de la tierra al humedecerse pasan al aire produciéndonos
sensaciones positivas que nos acercan a a la naturaleza y nos llenan de
armonía.
-Probablemente nos gusta tanto ese olor porque a
nuestros antepasados la lluvia les garantizaba la supervivencia y celebraban
con bailes y ceremonias la llegada de los días lluviosos.
-Mi amiga
Sara dice que a ella la lluvia la afecta tanto al estado de ánimo que
todo lo ve negro, así que en vez de ir al cine, visitar a sus familiares, o salir
a reírse con amigos olvidándose de las
penas, ha decidido meterse en la cama a dormir.
- Cada uno debe decidir por sí solo; y a lo
mejor a ella , “una buena dormida” , la
deja como nueva.
-Les contaba a mis amigas esta mañana que a mí cuando
llueve me apetece merendar una tacita de chocolate caliente con bizcocho,
porque mamá las tardes de los domingos lluviosos siempre nos hacía bizcocho o tarta, mientras los 5
hermanos jugábamos al Palé, y al terminar lo tomábamos con chocolate.
-Me han mandado unas recetas ideales para días de lluvia, y son
todas muy pecadoras para estos momentos de operación bikini:
-Leer es una de las cosas más agradables que
podemos hacer una tarde lluviosa, arrebujaditas en un sillón cómodo, con un
buen libro, se pasan las horas volando.
- Salir a pasear ahora mismo. Poneros un
chubasquero, un calzado que no os cale
los pies y coger un paraguas grande de
esos de golf, porque en cuanto empiece a llover de nuevo son los que mejor
tapan y además nos permiten poder pasear un ratito disfrutando del día y de la
humedad del ambiente.
-Nosotros hemos salido a pasear por el parque
ahora que ha escampado disfrutamos oliendo a lluvia y el olor de la tierra mojada, de la lavanda, los pinos,
la hierbabuena…etc. y todos al juntarse nos
hacen recordar olores de infancia, de los días
que nos poníamos aquellas katiuskas negras para poder pisar los charcos.
-Los olores afectan mucho a nuestro estado de
ánimo, a nuestras emociones y a nuestros recuerdos, y cuando olemos algo que
nos emociona o nos alegra, nuestro cuerpo libera endorfinas que son las
hormonas de la felicidad.
-Recordamos el 35% de lo que olemos, y solamente
el 5% de lo que vemos.
-De niños asociamos un objeto con un olor, y se graba con una representación cerebral única, y nuestra capacidad de
recordar olores es muy sorprendente si tenemos en cuenta que las neuronas de
nuestro epitelio olfatorio tienen una vida de solo 60 días.
-Así que recordamos lo que nos gusta mucho y
también lo que nos desagrada.
-Buenas noches.