Mi amiga Isabel F. Bernaldo de Quirós; profesora
de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, es una gran poetisa con cuatro preciosos libros de poesía publicados: “Al son de las
mareas”, “Luz velada”, ”las farolas caminan la calle” y “La senda hacia lo
diáfano”.
-Esta mañana me ha regalado una poesía
maravillosa y tierna sobre mi gorrioncita; un polluelo de gorrión que cayó del
nido cuando aún no tenía plumas y que criamos mi hija Gema y yo envolviéndole
en una mantita rosa de peluche, y dándole de comer con un palillo una papilla
extraña hecha de mezclas de comida de gato bebé, para que tuviese proteínas,
pasta de cría , miga de pan y galleta .
-Durante meses estuvo pelada y enclenque, pero
la metíamos en cuanto se pudo sostener en pie en una jaula con la puerta
abierta, con comederos para que se acostumbrase a comer sola y a beber agua.
-Dormía en una cajita con su mantita en la
mesilla, y no solía despertarse antes de las 9.
Ahora duerme en un nido que le ha hecho Gema con una toalla y su
mantita y revolotea por la casa, entrando a comer a su jaula y ha pasado a ser un
miembro más de nuestra familia.
Isabel, al oír mi historia, se emocionó, y con
esa sensibilidad tan especial, la ha escrito este precioso poema que nos ha
emocionado a todos.
Soy, según dicen los humanos,
un gorrión común de sexo femenino.
No recuerdo bien si fue el viento
o alguno miembro de mi familia
el que hizo que me cayera del nido.
Merodeaba un gato por las cercanías
con sus ojos exaltados puestos en lo que,para él,
suponía una exquisita comida.
Pero antes de que me atacara
un niño me salvó la vida.
Me cogió entre sus manos
y mientras caminaba
me llegaba su voz como un susurro:
“Me llamo Félix, como mi padre.
Tengo dos hermanos, de ellos,
una chica tan bonita como tú,
y una madre
muy alegre, resuelta y feliz.
Te entenderá muy bien, ya verás,
se llama Paloma.
Te llevo a casa,
tú tranquilo,
que no te dejaremos morir”
Hoy "la gorriona" que así la llaman
su familia adoptiva,
tiene su jaula para comer, columpiarse y dormir.
Vive libre por los espacios de la casa
no en vano la consideran,
un miembro más del hogar.
Tiene muchos posaderos
donde pararse y cotillear:
Le da igual un hombro
que una botella
que el marco de un cuadro
que una lámpara
o que un sofá.
La “gorriona”
a veces se siente un poco mal
porque ensucia la casa sin querer,
y no lo puede evitar,
aunque sus genes sean los culpables
ella no deja de pensar:
“Me quieren tanto,
que todo lo perdonan,
y a cada rato, siempre hay alguien dispuesto,
a no dejar ni huella de mis inoportunos rastros.
A todos les doy las gracias, por esto que os dije
y también,
por el alpiste, los cañamones, el agua... y lo que me den.
Pero sobre todo
les doy las gracias por sus caricias y sus besos
y por decirme a todas horas
que soy preciosa.
Yo no soy como el canario
que abandona su jaula de oro,
pero tengo que reconocer
que canta mucho y bien,
y que sus plumas son
rayos de muchos soles.
Yo no soy como el canario,
no,
pero soy muy feliz sintiéndome querido
y viviendo libre en mi hogar.
Cuento dedicado a Paloma,
que en realidad no es un cuento,
solo un conjunto de versos
que cuenta una feliz historia.
Isabel Fdz. Bernaldo de Quirós
(17
de febrero de 2019).
-Espero que os
guste.
-Buenas noches.