Esta mañana he estado charlando con una amiga; como presumía mucho de todo lo que iba a
hacer, la he dicho en broma ,que tenía
muchas ínfulas, y se ha quedado tan pasmada como si la hubiese hablado en
chino.
-En casa de mis padres se utilizaba un vocabulario muy amplio y había muchos dichos que a fuerza de oírlos los he incorporado a mi vocabulario y los digo en medio de una conversación, sin darme cuenta como en
este caso de que no deben ser muy comunes; como mi amiga se hay quedado tan sorprendida,
os voy a contar muy brevemente por si alguno no lo sabe de dónde viene la “extraña
palabreja”.
-Tener ínfulas, se aplica a tener mucho orgullo
o vanidad.
-Según Jose María Iribarren, “La ínfula era una
tira a modo de diadema, de la cual pendían, una por cada lado, dos cintas
llamadas vitae. Suele estar retorcida como si fuera una guirnalda, y con ella
se cubría todo el pelo hasta las sienes, atándosela últimamente por detrás con
las vittae; solían ser anchas, de color blanco y púrpura. Los sacerdotes
paganos y los reyes la usaban como distintivo de su dignidad, o a modo de
diadema”.
-Se adornaban con las ínfulas los altares, los
templos y las víctimas que se conducían al sacrificio, y se sabía su categoría
por el número y la riqueza de las ínfulas que llevaba.
-Las mitras de los obispos con hilos dorados
daban importancia y riqueza a las diócesis , como las de Toledo.
-Buenas noches