Este mediodía he ido a la consulta de mi amiga Raquel,( que es una eminente oftalmóloga) porque llevo más de quince días con muchas molestias en el ojo derecho. Me ha atendido con mucho interés, a pesar de que era su hora de comer, me han examinado la agudeza visual, la tensión ocular, y un montón de cosas y resulta que tenía clavado un cuerpo extraño en la córnea. Me ha anestesiado el ojo, y me lo ha quitado con muchísimo arte, sin hacerme nada de daño. Me ha dado una pomada antibiótica y me ha tapado el ojo.
-Es una persona encantadora, educadísima y muy profesional. Siempre parece que tiene todo el tiempo del mundo para atender a sus pacientes.
Su aspecto es muy frágil, es joven, rubita y delgada, pero sabe perfectamente controlar cualquier situación , por complicada que parezca, sin perder la sonrisa. Es una cirujana maravillosa, a mis hijos les ha operado de miopía, y parece que nunca hubieran llevado gafas.
La preocupan mucho sus pacientes, y no la importa si hay algún problema revisarles en fines de semana. Adora su trabajo, y siempre está al tanto de las nuevas técnicas que van saliendo.Al despedirme, me ha tranquilizado, insistiéndome en que la llame, si tengo algún problema, y me ha citado para dentro de unos días.
-Nunca pensé que tener un ojo tapado fuera tan incómodo. Pierdes las proporciones de las cosas. No me había dado cuenta de que dependo de mi vista más que de ningún otro sentido.
-No calculo bien las distancias, no entiendo muy bien lo que me pasa, pero me siento tremendamente insegura, y necesito agarrarme a alguien.
-Me acabo de acordar de un cuento de un pirata que me contaba mi padre cuando era pequeña, y decía que el pirata llevaba siempre un ojo tapado con un parche, no porque le faltara el ojo, como creían mis amigas del cole, sino porque un pirata de verdad, sabía que era muy malo cambiar de luz, y como en cubierta lucía el sol, tenía siempre un ojo tapado, y, cuando tenían que bajar a las bodegas del barco con prisa porque les atacaban, se cambiaba el parche de ojo y veía muy bien en la oscuridad con el ojo que había tenido tapado. Si no hacían esto, al entrar en la bodega, se quedarían ciegos unos minutos, y los enemigos les podían atacar….
-También me he acordado (con un cierto remordimiento) de mis alumnitos que tenían el” ojo vago “, y les cubrían el ojo bueno, para que el vago tuviera que funcionar. A menudo, se quejaban de que veían mal, y yo siempre les decía: -¡No te obsesiones, que ves bien! …..Ahora lo pienso y siento no haber sabido lo mal que se ve con un ojo tapado.
-Nos parece lo más normal del mundo ver bien con los dos ojos, y solamente cuando tenemos algún problema, valoramos lo que hemos perdido.
-Hay que dar gracias a Dios porque todo nos funcione normalmente.
