Esta tarde mientras estaba dando clase a mi alumno
de Historia de España, de la época de Carlos I de España y V de Alemania, le
preguntaba lo que había pasado con los comuneros y el rey, y me contestaba
generalidades un poco deshilvanadas.
-Yo me le he
quedado mirando y le
he dicho: “Apunta hacia la Luna, porque aunque falles, llegarás hasta las estrellas”.
he dicho: “Apunta hacia la Luna, porque aunque falles, llegarás hasta las estrellas”.
-Le he
explicado que las cosas hay que hacerlas muy bien, porque si algo nos falla, nos quedarán
bien o por lo menos aceptables, pero que si no aspiras a lo mejor, nunca
llegarás a nada.
-Le he
contado que lo que aprendes deprisa y de mala manera, se almacenará
automáticamente en nuestra “memoria a corto plazo”, donde puede mantenerse poco tiempo, y, si no le prestas atención, lo acabarás
olvidando.
-Pero si
queremos aprender y recordar, tendremos que utilizar la” memoria a largo plazo”.
-Para ello
tendremos que trabajar bien la información, prestar atención a lo que decimos,
y evitar dentro de lo posible las distracciones y las interferencias.
-Si
prestamos atención, analizamos lo que hemos leído o lo que nos han contado, lo
relacionamos con otros datos que tenemos, lo asociamos a algo conocido, y, entonces ya puede pasar a nuestra memoria a
largo plazo que es prácticamente ilimitada tanto en capacidad como en duración.
-Mi alumno
tiene que estudiar poniendo mucho interés y atención, porque si no, la
información no se le quedará, y pasará a formar parte de ese batiburrillo de
cosas mal aprendidas que todos tenemos de uno u otro tema, y no le servirá de
nada.
-Aspirar a
la excelencia es un derecho y un deber, y lo mismo lo puedes aplicar a
aprenderte un trozo de la Historia de España, que a atender al público con
amabilidad, si eres recepcionista, hacer
un buen guiso, si estás cocinando……
-No podemos
pensar que las cosas nos salen mal porque no valemos o porque no somos listos o
porque nos tienen manía.
-Tenemos el
deber de intentar siempre conseguir los mejores resultados, y debemos recordar
que los aviones se elevan contra el viento, y que si un hombre ilusionado no
hubiera insistido una y otra vez, ahora
no volaríamos.
-Si queremos
ser mejores, tendremos que actuar como si ya lo fuéramos, y hacer las cosas que hacen los mejores.
-Tenemos la
obligación moral de intentar conseguir
que nuestros sueños se hagan realidad.
-Nunca
debemos olvidar que: “Somos hijos de Rey, y nuestro Padre nos protege”.
-El aire del
Norte hizo a los vikingos, y a veces las cosas nos cuestan, pero no por eso
debemos desistir, porque casi siempre:” lo que cuesta vale”.
-Somos los
que llevamos el timón de nuestra vida, aunque a veces no lo queramos reconocer
porque es mucho más fácil culpar a las circunstancias.
-Creo
sinceramente que debemos intentar ser como nos gustaría ser y no quedarnos
frustrados en el camino llorando sobre
la leche derramada.
-La vida es
muy hermosa y cada mañana nace un nuevo día con una oportunidad nueva de 24
horas a tu disposición.
-Recordaremos
que el pasado ya pasó y que mañana es otro hoy.