Mi querido vecino del piso de abajo y amigo
Pepe, murió el martes silenciosamente; se apagó como era él, discretamente, poco a poco, sin
molestar a nadie.
Estaba rodeado de sus queridos hijos y tuvieron tiempo de despedirle y de decirle lo
mucho que le querían y lo buen padre que había sido.
-Acabamos de volver del funeral, que se ha
celebrado en su parroquia, y creo que ha sido el funeral más tierno al que
hemos asistido nunca, porque allí se respiraba amor….
-Al terminar la ceremonia, su sobrino le dedicó
unas palabras llenas de cariño y de agradecimiento, porque le recordaba los
mejores momentos de su infancia.
-Su hijo mayor José María habló en nombre de sus
hermanos y dijo lo que todos sabíamos
que había sido un gran padre, y que solo
podían recordarle con alegría…..
-Pepe era un hombre muy culto y muy alegre, y
cualquier conversación con él estaba llena de citas, de anécdotas y de risas, y ahora que se ha ido, se ha llevado la llave del secreto que hacía que no se enfadara nunca, y que aunque se lo pregunté muchas veces,nunca me lo dijo...
-Nosotros nos encontrábamos muchas veces en el
portal, en el parque, los domingos en misa de 9, y siempre tenía una palabra
amable, un piropo, y una enorme sonrisa.
-Pepe estaba viudísimo, porque Casilda, su gran
amor, murió un mes de diciembre de hace por lo menos trece o catorce años, y él
no se recuperó nunca. Era un tema que después de tantos años le seguía
emocionando y le parecía algo absurdo e injusto, porque ella era mucho más
joven que él, y él estaba tan enamorado de ella como el día que se casaron.
-Hace unos días, bajé a verle un ratito y le
llevé un bizcocho para que merendara, y me dijo muy solemne: .-Yo no necesito
que me hagas ningún bizcocho, lo único que yo quiero es que te sientes aquí a hablar un poco conmigo…..
-Hablamos de su vida; decía que había sido muy
larga y muy feliz, de sus hijos, a los que adoraba, y de los que presumía
diciendo que siempre estaban pendientes de él, y de su amor Casilda, a la que
no olvidó ni un solo día.
-No sé qué decir más, porque era un hombre cariñoso, alegre y paciente, ( como buen pescador) que
me dijo a mí personalmente que se quería morir, que había vivido mucho y había
sido muy feliz, que sus hijos estaban todos bien, y que él veía que aquí ya no
pintaba nada, y que había llegado su
hora….
- Yo estoy pensando ahora , que tenía razón, que
era un hombre bueno y muy creyente, y que si todo le sale como había planeado,
ahora estará divinamente con Casilda, con sus hermanos, y con toda su gente,
celebrando el encuentro, y estoy segura de que cuidará de los suyos desde el
cielo…..
- Echaré de menos los paliques, los platos de
almendras tostadas y fritas que me bajaba de vez en cuando, las risas resumiendo
las reuniones de comunidad, sus charlas de política , sus bromas…..pero es un
amigo que guardo en la memoria del alma.
-¡Descansa en paz Pepe!