-Vivimos unos momentos en los que cuestionamos
todo. Creo que hemos pasado de carecer
totalmente de información, a tener tal exceso de datos que no sabemos qué hacer
con ellos.
-Esta mañana en la peluquería hablando con una
vecina, me sorprendió oírla contar un desencuentro, que tuvo lugar hace años con una amiga, porque se paraba en cada frase y la explicaba, dando por
hecho que sabía lo que su amiga pensaba, los motivos por los que dijo esto o
aquello, y hasta lo que pensaba el
marido de su amiga, de ella.
-Me ha parecido una situación tan surrealista
que no he podido callarme, y la he dicho
que creía que estaba exagerando; que ni ella, ni nadie que no fuera la persona
interesada, podía saber lo que realmente
pasó; ya que no tenía datos de primera
mano, y que el hecho de suponer una cosa, no significaba que esta fuera cierta.
-Creo que estos son momentos donde todos nos
hemos acostumbrado a buscar todo en Internet,( que es una maravilla , y que soy
consciente de que nos ha mejorado muchísimo la calidad de vida), pero también
soy consciente de que todos hemos inflado un poco nuestro “ego”, al que le
encanta presumir, y por el simple hecho de leer algo en Internet, ya nos
creemos psicólogos, médicos, profesores, ingenieros…etc.
-El otro día una amiga médico, muy querida, me
contó una cosa muy graciosa; la mayoría
de los pacientes que van a su consulta, ya van diagnosticados por ellos mismos.
- Ni que decir tiene que casi siempre se
confunden, porque no tienen ni idea, y por el hecho de leer cualquier cosa en Internet, ya se sentían protagonistas de
esta o aquella enfermedad, creyéndose con derecho a discutir detalles clínicos con
el médico.
-Mi madre siempre decía la famosa moraleja del
poema “Fabulita” de Joaquin Batrina : “Si
quieres ser feliz, como me dices, no analices muchacho, no analices.”
-Esta moraleja tiene toda la razón, porque hemos
salido de Málaga, para entrar en Malagón.
-Yo, cada vez que veo algo que no me gusta,
intento aprender de ello, así que he decidido no meterme en lo que no entiendo,
ni dar por hecho nada, porque lo más seguro es que me confunda, y mientras lo
aclaro, he tenido una preocupación y un sufrimiento innecesario.
-Así que dejaremos que las personas preparadas,
se ocupen de diagnosticarnos.
-Esta moraleja tiene toda la razón, porque hemos
salido de Málaga, para entrar en Malagón.