-Tenemos que darnos cuenta de que la vida es una
sucesión de momentos para vivir y disfrutar, no solo para sobrevivir; por eso
creo que si nos damos un paseo por
nuestra casa, veremos que hay muchas cosas que estamos reservando para una
ocasión, y a lo mejor deberíamos usarlas hoy, ya que hoy es una ocasión excelente
para celebrar que estamos vivos, que tenemos motivos para agradecer, que
queremos, que nos quieren, que hace una buena noche, o que hace frío, pero
tenemos ropa para abrigarnos y protegernos del frío.
-Debemos compartir nuestra alegría con nuestros
seres queridos, con nuestros amigos, con quien nos apetezca, porque si
tuviéramos algún problema seguro que nos lanzábamos al teléfono, al correo, o
al WhattsApp a contárselo a todos pidiendo ayuda o consuelo; así que vamos a
correr las voces de nuestras buenas noticias en vez de las malas.
-Tenemos que revisar nuestro horario, porque
siempre habrá un ratito para tomarnos un café con alguien que queremos y con el
que nos apetece compartirlo y que cotidianamente posponemos por falta de tiempo.
-Siempre cuento que mi madre decía que cada
mañana nos entregan un monedero con 24 horas para gastarlas, y que cada uno las
distribuye a su manera; pero que casi nunca nos damos cuenta de que las horas
que no hemos usado, al llegar las 12 de la noche, desaparecerán como la carroza
de La Cenicienta.
-Esta vida tan ajetreada sobre todo en las
grandes ciudades, nos hace vivir muchas veces aislados de nuestro alrededor.
-Tenemos casas muy grandes pero familias muy
pequeñas.
-Casi nunca invitamos a los amigos a pasar una
velada en nuestra casa, porque nos citamos fuera, donde todo es mucho más
formal y más frío.
-La gente se llena de ansiolíticos, analgésicos,
relajantes y somníferos que sustituyen a unas risas, unos paliques, unos paseos
y unas oraciones, porque rezar es una retahíla repetitiva que induce al sueño,
además de tranquilizar el alma y el corazón.
-Tenemos que recuperar la alegría sencilla, esas
risas entre amigas, que se contagian y nos alegran el alma.
-Todo el mundo sabe muchísimo del espacio
exterior, pero la mayoría no conocen su espacio interior….
-Este fin de semana, cocinaremos un guiso de los
que nos daban en casa de pequeños, esos guisos que sabían tan bien porque estaban hechos con muchísimo amor.
-Nos arreglaremos para comer en familia,
tacharemos los sándwiches delante de la tele, y nos sentaremos a charlar de nuestra
semana, cada uno compartirá sus cosas con los demás, porque esto es lo que es
la vida, y estos momentos son los que cuando cumplimos años, nos asaltan de
pronto y nos emocionan, así que intentaremos que nuestros hijos, y nuestros nietos , tengan muchos momentos
juntos que puedan atesorar para que cuando ya no estemos con ellos, les sirvan
de referencia, de alegría y consuelo.