Creo que la
mayoría de nosotros no somos conscientes
de la cantidad de problemas que cargamos cada día.
- Todos, y
especialmente las mujeres(madres, hermanas, amigas, vecinas, conocidas…), nos
hemos acostumbrado a escuchar las quejas y los problemas de todo el mundo, y en
nuestro afán por ayudarles, en un exceso
de ternura y compasión, casi siempre, cargamos con sus problemas.
-Cada mañana,
la vida nos entrega a la vez, ese monedero con 24 horas, y nuestra bolsa personal de problemas y
disgustos, que tenemos que resolver de la mejor manera que podamos.
- Cada uno tenemos
que hacer nuestro propio viaje, con serenidad, con paz, con brío y sobre todo
con valentía y esperanza, dando gracias a Dios por tantos dones.
-Tenemos que
hacernos cargo de ellos, pero lo que no puede ser, y lo que no deberíamos
hacer, es cargar a nuestras espaldas una
mochila extra llena de problemas de
otros.
-Aunque
mantengamos nuestro espíritu abierto y sintamos el dolor ajeno, cada uno tiene
que aprender a ser el responsable de su vida, y a veces en esos problemas cada
uno tiene una lección que le ayudará a crecer, porque los caminos de Dios son
infinitos……
-Sabemos que
de los problemas se aprende, y que cada suceso tiene su pequeña moraleja, que
nos va enseñando poco a poco la mejor manera de vivir…..
-Queremos a
nuestros hijos, a nuestros hermanos, a nuestros
cónyuges, a nuestros familiares, a nuestros conocidos; sentimos mucho su dolor
cuando lo tienen e incluso debemos consolarles y aconsejarles si nos lo
pidieran, debemos ofrecerles nuestra mano para que se sujeten, pero lo que no
podemos ni debemos hacer es cargar nosotros con los problemas de todos los que nos rodean,
porque esto es imposible de sobrellevar.
-Les daremos
la bienvenida, les atenderemos, y seremos lo más generosos y solidarios que
podamos, pero no nos quedaremos con su mochila de problemas.
-Soltaremos
poco a poco los problemas ajenos, y nos marcaremos metas a corto plazo, y si lo
necesitan, les aconsejaremos para que ellos también se las marquen.
-Afrontaremos
con alegría, con ánimo y con valentía cada día, pero no añadiremos ni un solo
problema que no sea nuestro, ni uno que no sea nuestra responsabilidad, por
nuestra salud mental y por nuestro
equilibrio emocional, porque a cada uno ya nos repartieron nuestra
ración de gozos y de lágrimas.
-El amor y
la compasión, no nos faltarán , y les acogeremos con espíritu abierto y alerta
y les aconsejaremos lo mejor que podamos, pero debemos aprender la diferencia
que existe entre ayudar y aconsejar y cargar con sus problemas, porque ya
tenemos más que suficiente con los propios.
- Cada uno
debe asumir que la vida aunque es maravillosa, no siempre es fácil, y que cada
uno tiene que construir su propio camino, encontrar sus soluciones y vivir sus propias experiencias, ya que estas
son las que le hacen ser el mismo.
-Además al
final cada uno se da cuenta de que es capaz de aguantar mucho más de lo que
pensaba, y que con todo se aprende, y que dejando a cada uno vivir su propia
vida, les estás ayudando a ser ellos mismos ……