Todos sin darnos cuenta tenemos una serie de
malos hábitos que nos perjudican y que deberíamos revisar.
-Tenemos la costumbre de acumular una serie de
objetos inservibles, que aunque sabemos que no nos sirven para nada, nos da
pena deshacernos de ellos.
-Yo tengo en un altillo de la cocina, envueltas
en papel de seda, una serie de copas de cristal maravillosas de casa de mis
padres y de mi suegra, descabaladas, que jamás uso, ni creo que nunca usaré, y
me da pena tirarlas.
-La mayoría de las mujeres tenemos en el armario
un surtido de ropa de varias tallas, lógicamente usamos siempre
la misma talla, así que allí permanecen colgadas las prendas de una talla más,
que nos compramos cuando engordamos, o después de tener un bebé, y las de una
talla menos que nos compramos una vez que estábamos más delgadas, o que
estábamos a régimen y creíamos que íbamos a bajar de talla, o simplemente
porque eran una auténtica “ganga”, y allí siguen muertas de risa….
-He parado de
escribir, y me he dado una vuelta por la casa, y creo que tengo
muchísimas cosas que nunca uso.
-Los juegos de cama, se nos amontonan en los
armarios de la ropa blanca, y casi siempre alternamos dos o tres favoritos, y
los demás pasan años doblados sin usarse.
-Quizás, deberíamos hacer como mi amiga Mª
Cristina hace en París, las cosas que ya no usa, las mete en una maleta y lo lleva a un mercadillo
que hacen en una plaza.
-En último caso, siempre podemos llevarlo a las damas de Cáritas para que se lo den a personas que lo necesiten, aunque
no creo que nadie necesite copas de cristal finísimo descabaladas…..
- Pero mucho peor que guardar ropas y trastos,
es guardar broncas, rencores, enfados, miedos….
-Tenemos que ventilar la casa, los armarios, y
sobre todo el alma.
-Tiraremos todos los sentimientos que nos
acongojan , que nos asustan , que nos preocupan que nos entristeces, así de
esta manera dejaremos un gran espacio vacío para que se nos llene de amor de
risas, de buenas experiencias y de mil cosas maravillosas que merezcan ser guardadas
y recordadas.
-Si dejamos espacio, nuestra vida se llenará de
aire fresco, y de cosas emocionantes.
-Así, que en cuanto cuelgue mi blog , me voy a
deshacer de cosas para dejar espacio a las nuevas.
-¡Que tengáis suerte!