Esta mañana hemos estado mi hija Gema y yo en
Boadilla del Monte, tomando café con nuestra amiga Rosa, que nos quería
presentar “Lyoness”, una plataforma
austriaca a la que ella pertenece, por si pudiera servirle a Gema de trampolín
para sus pinturas.
-Rosa es alegre y vivaracha, y en un momento
determinado, ha dicho la famosa frase de :
-“En la vida, a veces se gana, a veces se aprende”,
y en ese mismo momento he pensado que hoy iba a dedicar a ese pensamiento la
entrada de mi blog, ya que es toda una declaración de principios.
-A todos nos fastidia perder, confundirnos,
equivocarnos, meter la pata, o como queramos llamarlo.
-Todos nos enfadamos ante una frustración, pero
no todos lo hacemos de la misma manera.
-Cuando es un enfado que te da rabia, y es algo
fugaz y pasajero, es una emoción saludable que te ayuda a crecer, pero si
cualquier cosa que no te sale según tus planes, o tus deseos, te hace perder
los papeles, y se convierte en algo destructivo, te acarreará graves problemas
personales, familiares, laborales…etc.
-El enfado es un estado emocional que tiene
muchos grados, y que varía en intensidad; y según sea de una u otra clase, lo mismo que la
batería de síntomas que acarrean será bueno o malo.
-Desde que simplemente nos de mucha rabia, hasta
que nos lata el corazón mucho más
deprisa, y, nos suba la tensión , o( “se nos sube la sangre a la cabeza como
decía mi abuelita), con la descarga de nuestro nivel hormonal de adrenalina y
noradrenalina.
-La vida nos enseña que muchas veces estas cosas
que en un momento, nos salieron mal, han
sido muy útiles más adelante a la hora de decidir situaciones parecidas, y
notamos que de aquella mala experiencia, aprendimos una cosa buena.
-De todas maneras, sabemos que esto no vale para
todo el mundo, ya que los que se enfadan por todo, los que están casi siempre
de mal humor, y los gruñones compulsivos nunca aprenderán de nada malo , ni de
nada bueno, porque yo estoy segura de que disfrutan estando enfadados.
-A vosotros que sois encantadores , os voy a
confesar lo que yo hago y que a mí me da
muy buen resultado (cuando me quedo pasmada, disgustada o contrariada por algo).
- Respirar profundamente llenando la tripa de
aire, y susurrar: “ Esto a mí no me va a afectar”, y repetirlo las veces que sean
necesarias, y cuando ya os late más despacio el corazón y veis que estáis más
tranquilos, decir como decía mi
abuelita, ¡Seguramente es lo mejor que me podría haber pasado, aunque ahora no
lo vea!.
-Aquí os dejo una reflexión de Aristóteles sobre el enojo
-Aquí os dejo una reflexión de Aristóteles sobre el enojo
-Buenas noches.