Esta mañana salimos de casa a las 6 y media de la mañana (aún no habían puesto la calle) y tras 5 estaciones de metro llegamos a Gare du Nord, donde nos estaba esperando nuestra amiga Cristina (prefiere que la llamemos en español).
-En París, siempre me sorprendo, nuestro tren estaba aparcado en su vía, y la gente andaba demasiado rápido. Parecía que les habían dado cuerda, y todavía quedaban 10 minutos, pero resulta que nuestro vagón era el 17, y estaba lejísimos. ¡Era el tren más largo que he visto en mi vida!, y se tarda muchísimo en recorrer 17 vagones larguísimos. Así que nos pusimos “el turbo”, y llegamos a puntito de salir.
-El viaje ha sido muy agradable, nosotras nos sentamos las tres en una mesa al lado de la cafetería de 4 plazas, y fuimos charlando y tomando café como si estuviéramos en casa. Aquí no ponen películas como en España, pero había Wifi, y mucha gente trabajaba con su ordenador.
-Nuestro tren paró tres veces, Rotterdam, La Haya, Schiphol Aeroport, y Amsterdam, con un trasiego de viajeros muy rápido.
-En cuanto salimos de la estación, nos encontramos con una ciudad muy original, llena de gente altísima que circulaba en bicis antiguas. El día estaba muy oscuro y chispeaba. Tomamos el tranvía número 2, y después tuvimos que andar un poquito hasta el museo.
-Cuando preguntábamos por el Van Gogh Museum, todo el mundo decía: -veréis un edificio horrible, no tiene pérdida….Nos ha llamado mucho la atención saber que lo construyeron en 1973 y que todavía no se han acostumbrado y lo siguen encontrando feísimo.
-El Museo Van Gogh, atrae a cerca de un millón y medio de visitantes cada año. Nosotras empezamos por el piso más alto y fuimos bajando. ¡Lo vimos todo 3 veces!
-Siempre que pienso en Vincent Van Gogh, me invade una gran tristeza, porque ha sido una persona tan solitaria y atormentada, cuyo único sueño nunca se cumplió ya que era que admirasen y reconociesen su arte, y exponer un día sus obras en un café, cosa que no fue posible…
-El museo ha dividido la pintura de Van Gogh en distintas etapas coincidiendo con su trayectoria personal
- Pintura de juventud, Drente, Nuenen y Amberes retratos de campesinos, la etapa parisina, su etapa de influencia japonesa, etapa de Arlés, los tiempos de su enfermedad,( cuando solamente se alimentaba de pan y café), etapa de Saint Rémy, etapa religiosa, en la que realizaba “traducciones en color” de las obras de artistas que en su opinión, habían conseguido dar forma a los temas cristianos. Y por fin la última etapa, donde pintaba tan deprisa que apenas dormía en Anvers- Sur Oise.
-Me ha impactado su “Campo de trigo con cuervos”, fue el último cuadro que pintó, y al terminarlo se disparó un tiro.
-Había caído en un estado depresivo, y si te fijas en esta pintura, el camino no sigue, se bifurca en tres en medio de los campos de trigo, es como si ya no supiera hacia dónde ir; el del centro: no va a ninguna parte, se pierde en el trigal con los cuervos sobrevolándolo. Cuando terminó de pintarlo, se disparó en el pecho, y estuvo dos días agonizando, tras los cuales murió en los brazos de su querido hermano Theo que acudió en cuanto le notificaron lo que había pasado.
-Comimos en la cafetería del museo una lasaña riquísima, y por la tarde hemos estado paseando por Amsterdam, que es una ciudad preciosa con las calles repletas de gente muy alegre comiendo patatas fritas en cucurucho con mayonesa.
-Amsterdam es una ciudad muy original,( tiene el mismo aspecto de las casitas que he comprado para poner con imanes en la nevera), son bastante bajas y están pintadas de colores. Los canales están por todas partes como una pequeña Venecia, y pocos tienen cortinas ni visillos, por lo que puedes ir mirando todo el rato, aunque creo que la única que miraba era yo. Me ha contado Cristina que esto de no poner cortinas viene de que antiguamente a los habitantes les gustaba que vieran lo ricos que eran en su vida privada, o la de cosas que tenían….
-Había música por la calle, yo me hice una foto con un señor muy bien vestido que pedía bailando un poco al son de la música que tocaba su compañero en una especie de camión lleno de dibujos de colores.
-Mi hija Gema dice siempre, que en Amsterdan te puedes poner aquella ropa que nunca te atreviste, porque aquí todo les parece bien.
-Las tiendas son pequeñas, como todo allí, porque su terreno, está robado al mar, por eso están acostumbrados a sacar muchísimo partido a 1 metro cuadrado, y consiguen unas mini tiendas completísimas con ropa preciosa.
- Actualmente estaban reforzando los cimientos del Palacio Real, pues cada cierto tiempo se hunde y hay que repararlo.
-Visitar la iglesia donde se casó el príncipe heredero costaba 8 euros, y estaba llena de andamios metálicos que tapaban toda la iglesia. Ni nosotros, ni todos los que venían detrás quisimos pagarlo, y nos reímos mucho, porque dos calles después anunciaban en una sex shop ver 4 películas con sexo divertido por 4 euros, y seguramente tendría muchas más visitas…
-Nos tomamos el último café en una preciosa casita roja enfrente de la estación, en un salón con cristaleras que daban al canal.
-La ciudad nos ha encantado a pesar de que el cielo estaba de un color casi negro. Pienso que tiene que ganar mucho con sol.
-Tomamos el tren a las 18:16 y llegamos a París a las 21: 45.
-Ha sido una experiencia maravillosa.
