Esta mañana amaneció un día radiante ( y yo he traído la maleta llena de jerseís). Después de recibir llamadas de todos mis familiares y amigos de confianza advirtiéndonos que no saliéramos a la calle porque era peligrosísimo, que los sindicatos en París son muy duros, y un largo etcétera, mi hija y yo decidimos salir a desayunar en “El café de París” que tiene una preciosa terraza, y está al lado de nuestra casa.
-El café estaba tan abarrotado, que decidimos irnos a otro sitio. ¡ Menos mal que el camarero nos avisó de que una pareja ya iba a pagar! En vista de su amabilidad, le hemos preguntado a que se debe este “overbooking”, y nos ha contado que como los centros oficiales, y las grandes empresas tienen un sindicato muy fuerte, la gente no se ha atrevido a ir, y se han tomado el día de vacaciones.
-Como es jueves y hay mercadillo. Hemos comprado fruta y verdura deliciosa (Todos los puestos estaban abiertos) y se respiraba un ambiente muy alegre, como cuando te dan un día extra sin colegio.
-Luego nos acercamos a la “Plaza de la Bastilla”, y nos sorprendió que estaba bastante lleno de manifestantes con banderas rojas y muchos globos enormes, pero llamaba la atención que la edad media de los manifestantes era de más de 60 años, lo que parece un poco absurdo, porque ya están jubilados, y el motivo de la huelga es que han prolongado la edad de jubilación de los franceses de 60 a 62 años a los que han cotizado y de 62 a 65 a los que no.
-En vista de que no nos ha parecido que existiera ningún peligro, nos hemos ido a pasear, y a ver escaparates. Casi todas las tiendas estaban abiertas, y había muchísimos niños en los parques, y familias haciendo “pic- nic” aprovechando el buén día.
-En París, en cuanto sale el sol, la gente se sienta en la hierba a comer cualquier cosa, y a tomar el sol, porque como dicen los parisinos: “No sabemos si esta tarde lloverá y hay que aprovechar el momento”
