Como hacía una mañana soleada, hemos ido paseando por El Marais; Los Vosgues, el barrio judío y El Hotel de Ville hasta el Museo del Louvre para ver con calma las estatuas.
Llegamos a la plaza donde está la pirámide, decidimos ponernos a la cola para entrar al Museo. (Paris está en alerta, porque se cree que los integristas musulmanes; preparan un atentado, y la policía busca a una mujer que sospechan que se puede inmolar en un lugar público lleno de gente).
Mi hija, está preocupada, y no ha querido que nos pongamos en la fila que hacen para entrar en la explanada de la pirámide, porque había una mujer joven sola muy tapada a la que los vigilantes no quitaban ojo, así que como todavía nos queda tiempo, volveremos al Louvre cualquier otro día. Hemos ido a pasear al jardín de Las Tuileries
Siempre me emociona este maravilloso jardín, porque yo tengo fotos de mi abuelo Constantino, sentado en las sillas metálicas que hay alrededor del estanque grande de los patos con varios escritores amigos.
- Los franceses valoran mucho sus cosas, y las cuidan. El jardín de las Tuileries, está exactamente igual que en tiempos de mi abuelo y sabemos que es de otra época, porque la foto antigua es de color sepia y ellos llevan trajes oscuros y cuello duro, pero el jardín y el estanque, están exactamente iguales.
Volvimos paseando por las arcadas del Louvre que todavía tienen muchísimas tiendas preciosas de antigüedades; de arte, de decoración…etc. Aunque estén mezcladas con algunas horribles de recuerdos de París baratos, pero el turismo demanda esto y ellos reciben millones de turistas.
Cuando vengo a Paris con mi marido, le encanta pasear por las arcadas y me cuenta que Manuel Godoy, cuando fue desterrado por FernandoVII, vino a vivir junto a la familia de Carlos IV a París, y paseaba a diario por allí.
-Acabamos nuestro paseo a las 3 y media de la tarde y nos fuimos a comer y a descansar, pues en París, no sé por qué razón, nos pasamos el día andando.
