No sé por qué extraña razón, cuando estoy triste, o cuando
me encuentro un poco pachucha, me meto en la cama, y enseguida me pongo a
pensar en mi madre, en cómo me cuidaba, y en las cosas tan ricas que me hacía.
- Hoy he amanecido con un dolor terrible de garganta, quizás
me acatarré con el aire acondicionado del cine ayer, no sé, pero me he
levantado muy tarde y no me encontraba nada bien
-Esta tarde, me he levantado de la cama y me he puesto a
hacer unas tortitas con nata, para mi marido y para mí. El olor de la masa, de la
sartén, de la nata, me han trasladado a otros olores mucho mejores: el del
bizcocho “Económico “que hacía mamá casi todas las tardes en la gran cocina de
carbón de nuestra casa de Maldonado.
- Cuando veníamos en invierno con frío del colegio, olía
toda la escalera y el portal, y en
cuanto nos quitábamos los abrigos y nos lavábamos las manos, nos daban un trozo de bizcocho con chocolate
calentito. En aquella época aún no teníamos televisión, pero siempre estaba
encendida la radio con algún programa o con música.
-Ese bizcocho, mi madre, lo había aprendido en un libro gordo de
la Sección Femenina, que la regaló su prima Felisuca, porque eran recetas
fáciles y no muy caras.
- La economía de ese bizcocho consistía en que solo llevaba
un huevo, pero doy fe de que el que yo hago a mis hijos y a mis amigas muy a
menudo, lleva 4, y no es mejor que aquél económico .
-Las tortitas me han salido muy bien y las hemos tomado con
nata, mermelada y las hemos acompañado de un café calentito.
-No sé porqué, la comida está enganchada a los recuerdos, y
cualquier plato te traslada rápidamente a otra época. Espero que a mis hijos
les pase lo mismo, porque yo he cocinado mucho cuando eran pequeños, y les he
hecho muchos bizcochos, magdalenas y rosquillas, ya que me encanta cocinar.
-Estoy preocupada, porque, como estaba en la cama, me he
leído el periódico de cabo a rabo, y me he enterado de que el día 15 de Octubre
se espera que haya una manifestación de indignados, y nosotros tenemos la boda
de mi sobrino Javi, que se celebra en el centro de Madrid. ¡Ojalá no nos la estropeen!.
-Voy a contestar a unos correos de mis amigas, me voy a
tomar un tomillo calentito y me voy a acostar, a ver si mañana amanezco un poco
mejor