Esta tarde, me ha llamado mi hermana Mima, y como me ha notado un poco baja de tono, ha venido a visitarme con Javier.
-Nos hemos sentado en el salón los cuatro, y hemos estado
charlando de muchas cosas mientras tomábamos un tentempié. Yo he tomado un zumo
de piña muy rico que me ha traído Mima, porque como me duele la garganta, solo me apetece beber.
-Creo que cuando estás mala, es muy agradable recibir una
visita que viene a verte un ratito, y a charlar para que estés entretenida.
-Javier y Félix, han tenido su charla de política, porque los dos están obsesionados
con el tema. Nosotros hemos estado hablando de la boda de Javi, nuestro
sobrino, que coincide con el día de la huelga de los indignados, y que nos
preocupa mucho que nos la estropeen…….
-En casa de mis padres, cuando éramos pequeños, había muchas
visitas. Todas las tardes subían unas hermanas a ver a mi padre que estaba
delicado, se llamaban Juanita y Deme, y siempre las recibíamos con mucha
alegría. Juanita, era enfermera y cuando papá, estaba malo, le ponía las
inyecciones, y Deme, su hermana, se había quedado viuda, y se había ido a vivir
con ella en su casa de Lagasca.
- Mamá, siempre las invitaba a merendar su famoso bizcocho,
o pastas, tejas o galletas de una caja grande de “Surtido Nebi”.
-A fuerza de repetir su visita cada día, a nosotros, no nos
extrañaba nada verlas sentadas en el sofá de terciopelo marrón, porque nos
parecía que formaban parte del mobiliario. Mi padre, estaba siempre sentado en
su mecedora, y se alegraba tanto al verlas que en cuanto se retrasaban cinco
minutos, hacía llamar a mamá a su casa por si les había pasado algo.
-Eran dos personas encantadoras, y siempre estaban
dispuestas a opinar de cualquier cosa, y a participar en todas las
conversaciones……..
-Cuando venía otra señora de visita, Fernanda Cremades, viuda
de un notario, una elegantísima amiga de mi abuela, ellas la recibían como si
fueran de la familia, y aunque al principio, las miraba extrañada, luego como
eran tan encantadoras, las admitió en el grupo sin ningún problema.
-El salón comedor de la casa de mis padres, era tan grande
que tenía dos balcones uno a Lagasca y otro a Maldonado, y en medio un precioso
mirador que estaba justo en la esquina entre las dos, así que había sitio para
todos.
-Había dos mesas muy grandes, una de ellas camilla con
brasero.
-A veces, en una mesa estaban jugando a las cartas mi abuela
mi madre, mi tía y Fernanda.
- En el sillón Juanita y Deme al lado de papá, y yo en una
camilla con faldas hacía los deberes con ayuda de todos.
-A mi padre, le servían la cena muy pronto, y Deme le animaba,
e incluso a veces le daba ella misma el flan de postre, así que todos las
estábamos muy agradecidas.
-Mi familia era muy acogedora, y muchas veces, las visitas,
se iban cenadas, porque en mi casa no había ningún problema con poner un par de
platos más en las mesas. Siempre había comida y ganas de compartirla
-Se ve, que todavía estoy un poco “pachucha”, porque me he
vuelto a acordar de mi infancia y de mis padres………