Esta tarde he ido con mi marido al funeral de Macamen, la
madre del Dr Ricardo Morales, mi cardiólogo desde hace muchos años.
-Yo, tengo una deuda de gratitud con él, porque no solo es
un gran médico que me trata con mucha atención, y que consigue con su
tratamiento que a pesar de tener dos
cirugías cardiacas, haga una vida normal y sea bastante activa.
-El motivo por el que he ido a este funeral, en la Iglesia
del Espíritu Santo, de la calle Serrano de Madrid, no ha sido por compromiso
social,( que lo tengo), sino porque quería rezar por su difunta madre.
-Yo, nunca había creído en el Purgatorio, a pesar de que soy
católica y practicante, y que es un dogma de la iglesia, porque me parecían exageraciones de los curas
para asustarnos, pero cuando hace dos años más o menos, leí el magnífico libro
de María Vallejo Nágera “Entre El Cielo
Y La Tierra”, me asusté mucho, porque
nos habla del Purgatorio “como un proceso por el que pasa el alma para
purificarse, y que acabado dicho proceso, las almas van al cielo”.
-María, aporta pruebas de que esas almas, tardan más o menos
en conseguir ascender, dependiendo de las oraciones que les dediquen los vivos:
Familiares, amigos, conocidos, etc.), y que si son muchos los que rezan,
acortarán su sufrimiento, y subirán al cielo antes de lo previsto.
-El día del funeral, es un día mágico, porque el alma del
difunto está presente en esa celebración, y percibe perfectamente quien reza, y
quien está distraído pensando en sus cosas, y se entristece muchísimo al
comprobar que muchos de sus seres queridos, no les dedican ninguna oración ni
recuerdo. María dice textualmente:
-“¡Es una gran falta de caridad no orar por el difunto
cuando asistimos a su funeral, porque si juntamos nuestras oraciones, su alma
lo agradecerá”.
Actualmente, mucha gente ha hecho de los funerales, un
evento social más, que sirve para saludar a los amigos en la puerta y darles un
abrazo a los familiares, pero eso es un concepto erróneo:
-La iglesia, ofrece el funeral para celebrar una Misa por el
alma del difunto, que es el ofrecimiento más grande que se puede hacer por el
alma del que ha fallecido para que todos
sus allegados y seres queridos se unan en una oración, y se ofrezca para que esa alma se pueda reunir con Dios lo antes
posible.
-El funeral de Macamen ha sido precioso, porque era una mujer
valiente y luchadora que crió 12 hijos e hijas estupendos, dándoles una educación y una
formación que les permitiera ser buenas
personas, cultas, respetuosas y educadas, y que ellos a su vez, la alegraron la
vida con 32 nietos y 12 bisnietos.
-Me ha hecho mucha gracia, el sacerdote en la plática, donde
ha hablado de la difunta con el cariño que se tiene a una buena amiga; al
contar que últimamente, les decía a sus hijos y nietos que en vez de hacerla
regalos , la encargaran misas, se ve que Macamen se sabía muy bien la lección
del Purgatorio.
-En la plática, también ha dicho que no se peleen entre
ellos, cosa difícil, cuando las familias son tan grandes, porque dice que estas
peleas las provoca el diablo.
.Ha sido un funeral muy alegre. Creo que Macamen, habrá
estado orgullosa, viendo a su grandísima familia, haciendo una gran cadena de
cariño y oración, por su querida madre, abuela y bisabuela.
-¡Descansa en paz Macamen. ¡Rezaremos por ti!