Es curioso la de
veces que escuchamos que una relación de amistad de muchos años, se ha terminado porque los dos se empeñaban en tener razón
-Ahora acabo de hablar con una amiga que está enfadadísima
con su marido, por una discusión intrascendente, por una nimiedad, en la que
los dos opinaban de distinta forma,( ya que los dos, tenían la seguridad de que
tenían la razón), y solamente han sacado
en limpio un gran enfado enconado con mucho rencor
-Tener o no tener razón, creo que es una cosa absolutamente
subjetiva, ya que cada uno tiene su
razón. La razón perfecta en discusiones domésticas, normalmente no existe,
porque no se trata de ver si una cosa es blanca o negra, no suele ser tan
sencillo, son matices, y puntos de vista…..
A casi todos nos cuesta muchísimo trabajo escuchar los
argumentos del otro, porque muchas veces, ni siquiera les dedicamos la atención
debida, sino que mientras nuestro oponente está argumentando, estamos pensando
en lo que le vamos a contestar.
-Discutir con limpieza, respetando las reglas, es muy
difícil, porque solemos apasionarnos mucho, y el apasionamiento, hace que se
apague la luz de la verdad.
-En la educación española, no entra casi nunca el debate,
cosa que es tremendamente práctica para la vida. Yo he sido profesora del
Colegio Británico durante 31 años, y siempre me ha encantado que nuestros niños
desde la primaria se preparan para debatir sobre cualquier tema, ya sea parte
del currículo, o extra curricular.
- Una cosa práctica que se aprende es a respetar el turno de
palabra; cosa impensable para nosotros, como ejemplo, nos podemos asomar
cualquier tarde al programa “Sálvame”, para ver que las voces de uno, tapan los
gritos del otro, y el espectador acaba con tal dolor de cabeza que suele
cambiar de canal.
-En las discusiones de pareja, creo que no merece la pena
estar metidos en discusiones farragosas que no conducen a nada, y de las que
nunca va a salir la luz, porque son 1 contra 1, así que nunca habrá quórum,
sino un vencedor y un vencido.
-Ahora se ha puesto muy de moda decir: ¡Terminemos de una
vez!, suele decirse en tono amenazante, en un momento de ira, y creo que
sinceramente se dice, sin pensar en el alcance que esta frase tiene. Desde mi
experiencia de muchos años casada, creo que hay palabras que no se deben decir
nunca, a menos que sintamos la necesidad de acabar con la relación, porque
estas malas palabras, dichas sin pensar, solamente sirven para desgastar la relación
y creo que no se debe jugar con estas cosas.
-Se suele discutir la
mayoría de las veces por cosas que no valen la pena, y se acaban diciendo cosas
muy hirientes que luego son difíciles de olvidar.
-Mi madre, cuando yo me casé, me aconsejó que procurara en
las peleas y en las discusiones no emplear las palabras SIEMPRE, y, NUNCA, porque pueden hacer mucho daño, ya que
el otro, se sentirá sentenciado desde el principio de la discusión. Además, de que son generalmente falsas, sería
en todo caso” casi siempre” o casi nunca”…..
-En la pareja, si no es necesario, es preferible no discutir
ni decir “Estoy harta de ti”, porque
esto cierra la puerta a cualquier negociación, es preferible intentar hacer pactos del tipo, yo cedo aquí,
y tu allí, porque después de una fuerte discusión queda mucha tristeza y mucho
dolor
-Hay personas, intolerantes con las que esto no es posible,
porque les han acostumbrado desde niños, concediéndoles todos los caprichos, y de adultos, no están acostumbrados a ceder en nada, ya que
su nivel de frustración es pequeñísimo.
-A mí me encanta discutir, pero pocas veces encuentro gente
que disfrute como yo y no se involucre.
-Cuando nosotros éramos pequeños, al ser 5 hermanos,
discutíamos muy a menudo, y recuerdo que a mi padre le hacía mucha gracia, y nos decía:
-¡Parecéis un corral
de cluecas peleonas!, pero acabábamos la discusión, y como si nada…..
-Los años te hacen ver las cosas con otra perspectiva, y yo
creo sinceramente que discutir con tu pareja por tonterías, no sirve más que
para sembrar malestar, ya que casi siempre hay otras maneras de solucionarla.