La culpa es algo muy serio; no es simplemente
una emoción, es una reunión de sentimientos que nos hacen sentir
arrepentimiento, desaprobación, enfado, vergüenza, incomodidad y un montón de
cosas más.
-La culpa, es la sensación de que hemos actuado
de manera indigna, por lo que sentimos algo parecido al odio hacia nosotros
mismos.
-La culpa no es nada natural, no nacemos con ella, no tenemos esa
habilidad; la experimentamos, porque es algo que nos han inculcado de pequeños,
con una serie de creencias sobre el bien y el mal, que nosotros aceptamos y a
partir de esos baremos, hemos etiquetado nuestras acciones para toda nuestra vida.
-Los padres tienen mucho que ver en nuestro
sentimiento de culpa, o en nuestra facilidad para sentirnos culpables, y cuando
somos un poco mayores, los profesores y los adultos de los que dependemos.
-Cuando éramos pequeños, cada vez que hacíamos
algo que no les gustaba, nos decían que eso estaba mal, que éramos niños malos,
y nosotros les creímos.
-Otras veces, aunque no nos lo dijeran
verbalmente, notábamos claramente en sus expresiones faciales, en el tono de su
voz, y en todo su lenguaje corporal, el enfado y la desaprobación.
-Nosotros éramos demasiado pequeños para
cuestionar nada que viniera de nuestros padres que eran las figuras de máxima
autoridad y de mayor cariño. Así que crecimos acumulando culpas que a veces nos
hacen sentir verdaderamente mal con nosotros mismos.
-No escribo esto para criticar a mis padres, ni
a los padres de nadie, porque tengo la seguridad de que ellos lo hicieron lo
mejor que pudieron, y de acuerdo a la educación que habían recibido; pero ahora
que todos somos adultos, sabemos que muchísimas de estas cosas, no son así.
-Una amiga mía,( a la que estoy dedicando esta
entrada, pero que no quiere que ponga su nombre), se crió con su abuela, una
señora encantadora, que la adoraba y se desvivía por ella, pero que mientras mi
madre debía tener treinta y tantos años, su abuela tenía más de sesenta, y
tenía muchísimo miedo de que a la niña la pasara algo mientras sus padres
estaban trabajando en Alemania; así que la decía que no hablara con ningún
hombre desconocido, que los desconocidos eran malos, y se la querrían llevar, y
resulta que ahora mira su vida, y se ha dado cuenta de que nunca se pudo
relacionar bien con ningún hombre, porque al principio todos son desconocidos,
y ella siempre pensó que la engañarían ….
No somos niños, y podemos
elegir, y lo más gracioso, es que esa elección que hacemos tiene el 50% de
probabilidades de ser una buena elección y otro 50% de ser una mala elección,
por lo tanto no solamente no debemos sentirnos nada culpables, sino que debemos
empezar a escuchar nuestra voz interior que es nuestro subconsciente y suele
ser mucho mejor eligiendo según nuestras vivencias y experiencias acumuladas,
que nosotros razonando.
-Deseo que no os sintáis culpables, porque yo,
ya casi nunca me siento culpable de nada.
-Me he convertido en mi abogado defensor como
dice mi hermana Mima, y no en mi fiscal.
- Recordar que la culpa es la mayor de las
condenas, y que la mayoría de las veces que estamos disgustadísimos creyendo haber actuado mal, no hemos
hecho nada malo, ni somos culpables de nada.
-Así que todos, tenemos que dejar desde este
momento de sentirnos culpables por cualquier cosa.
-Buenas noches