Conocemos el poder de las palabras, pero casi
todos lo olvidamos cuando empezamos a hablar.
-Atraemos hacia nosotros las cosas de las que
hablamos, y muchas veces no nos damos cuenta, que las palabras tienen energía,
y esa energía, posee una vibración que intentará atraer hacia nosotros aquello
que deseamos.
-Nuestras palabras crearan nuestra vida. Cada cosa
de la que hablamos, es como una petición al Universo, por eso a veces nos
ganamos justamente lo que más odiamos.
-Si nos pasamos la vida diciendo lo que no nos
gusta, será lo que obtendremos, por eso, aunque no creamos en ello, a partir de
hoy repetiremos lo que nos gusta, para así poder tenerlo.
-Tengo una amiga que cada vez que venía su
cuñada a Madrid, ella repetía: “Mi cuñada, me pone mala”, “Es como estar
envenenada” “Solo con pensar en que voy a tener que estar con mi cuñada, se me
revuelven las tripas, y me pongo mala “.
-Varias veces estuvo más o menos mala coincidiendo
con la visita de su odiosa cuñada, un catarro muy fuerte, una colitis….
-Un día, cuando iba con su marido al aeropuerto
a buscar a su cuñada, tuvo un ataque de apendicitis tan grave, que no solo tuvieron que ingresarla
y operarla de urgencia, sino que tuvo una septicemia, que es una infección
generalizada, y estuvo casi 1 mes entre la vida y la muerte.
-Ahora; ”a toro pasado”, ella está segura de que
sus palabras de rechazo hacia su cuñada,
las canalizó hacia ella misma, y atrajo la enfermedad.
- Actualmente, me ha contado que está mucho
mejor desde que habló con ella, y llegaron a un “entente cordiale”, porque se dio
cuenta de que el odio solo conseguía envenenarla, y que por mucho daño que la
hubiera hecho en su juventud su cuñada, ella al no perdonarla, estaba en una
vibración tan negativa que la enfermaba.
-Así que tenemos que cambiar las vibraciones
negativas por otras positivas, y si queremos vivir una vida feliz, la ataremos
a una meta, no a una persona ni a un objeto como dice Albert Einstein.