Varias amigas mías, han vuelto de vacaciones
llenas de buenos propósitos y deseando cambiar de vida.
-Quizás, al parar su rutina diaria, esa que sin
darnos cuenta interiorizamos y la mayoría de las veces integramos a nuestro
piloto automático, se han dado cuenta de que algo no les gustaba, o no les
servía, o simplemente no estaban dispuestas a aceptarlo, así que se han vuelto
a casa con ganas de armar un zafarrancho.
-A todos a lo largo de nuestra vida, en alguna
ocasión nos ha asaltado la duda sobre si estábamos en el camino equivocado, o
con la pareja adecuada, o haciendo el
trabajo más apropiado……
-Una de mis amigas, creo que ha gritado:
-Ya está bien
¡, y se ha levantado de la cama, con fuerzas suficientes como para pasarse todo
el fin de semana, remodelando su casa, de la manera que la gusta a ella, no a
los demás.
-Me encanta saber que las amigas se dedican
tiempo suficiente a ellas mismas, como para replantearse las cosas.
-La vida a veces nos obliga a ceder tantísimas
veces para evitar disputas, que nos acomodamos, y nos amoldamos a situaciones
que no tienen nada que ver con nosotros.
-Lo maravilloso de esto, es que ha habido algo
en estos días de descanso, que les ha servido para valorar el poder de su
voluntad, y decidirse a hacerlo.
-Yo creo, que lo que ocasiona estas cosas tan
fuertes, son las emociones; la cosa aparentemente
más tonta, es la que a veces toca
nuestra fibra interior y nos hace rebelarnos, porque de pronto, empezamos a
notar una incomodidad emocional, que nos deja bien claro que aquello, no es lo
que queremos.
-Creo que tengo que felicitarlas, porque estos
cambios, son muy positivos, y son una gran oportunidad para crecer y mejorar,
ya que nos permite, observarnos con una
cierta distancia, y re direccionar nuestra vida.