Esta mañana mi hija Gema me ha mandado un vídeo
que me ha impactado, porque me ha hecho reflexionar sobre este mundo tan
absurdo en el que vivimos.
-El vídeo se llama “pequeño”, y son las
reflexiones de un niño pequeño sobre ser adulto.
-Dice que es como si al cumplir los 18 años,
todos perdiéramos la cabeza, porque la gente al hacerse mayor, deja de
disfrutar y de ser feliz.
-No le falta razón, ya que casi siempre los
mayores tienen caras largas, se transmiten
malas noticias y tienen grandes preocupaciones.
-Los mayores, nunca tienen tiempo para escuchar
a los niños, y dicen que sus cosas, lo que es importante para ellos son
tonterías…
-A este niño le parece que todos los adultos que
le rodean, tienen como único objetivo en esta vida, conseguir mucho dinero, así que se pasan la vida
trabajando, y solo descansan 15 días de vacaciones donde tampoco se lo pasan
tan bien…..y por eso, él, saca la conclusión de que no quiere ser mayor.
-A él esto si que le parece que son tonterías,
con la cantidad de cosas tan divertidas que hay, sin necesidad de gastar
dinero.
-Creo que este pequeño vídeo, esconde una terrible
verdad; nuestros niños no entienden los valores que les estamos transmitiendo,
porque los niños aprenden lo que ven, y desde luego, la mayoría de los mayores
que les rodean, no se ríen a menudo, suelen estar serios y crispados, así que ellos ven, que no somos felices…….¿Y lo somos?
-Nos reímos muy poco; dicen los científicos, que
lo máximo que se ríe un adulto en un día
son 17 veces, y en cambio un niño pequeño, es capaz de reírse hasta 700 veces, y
la risa es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra felicidad y
nuestra salud.
-Creo que deberíamos reflexionar, e intentar
recuperar a ese niño que todos llevamos dentro, y para ello tenemos que olvidar
algunas normas actuales, y recordar aquellas que escondimos en nuestro interior
al cumplir la mayoría de edad.
-Podemos jugar a sorprendernos con la vida,
porque la vida es siempre sorprendente, y deberíamos intentar, no enfadarnos
por algo tan simple como que no encontramos las llaves, o cualquier otra
tontería.
-Sin darse cuenta, mucha gente, al cumplir años,
se han vuelto gruñones, rencorosos y regañones, se han vuelto antipáticos, y gritan
y se enfadan innecesariamente, ya que la mayoría de las veces no hay motivo.
-Los niños , aunque se enfaden,
enseguida perdonan, y aquí no ha pasado nada, y todo sigue igual que antes.
-Hemos perdido la curiosidad y el interés por
las cosas pequeñas, y nos concentramos en noticias en las que no podemos hacer
nada, y que nos dejan muy preocupados.
-Los niños en cambio se interesan por todo, la
vida les fascina y les sorprende, pero los adultos, nos olvidamos en el camino ese don.
-¡Vamos a intentar dar a nuestra vida, la misma alegría con la que viven los niños!
-Tenemos muchísimos motivos para ser felices, y
a veces, los pasamos por alto, para fijarnos en cualquier tontería que nos
falta, o por algo que nos ha pasado, y sentirnos desgraciados.
-Los niños nos sonríen siempre, y su sonrisa nos
transmite el profundo amor que nos profesan, no sé si nosotros les sabemos
devolver la misma sonrisa tan dulce,
pero hoy, vamos a intentarlo….