Me ha mandado mi hijo una información
interesantísima publicada hoy, en el “May
Online” en la que explica que los
investigadores de Ohio State University, han descubierto que discutir con tu
pareja , engorda.
-Me ha hecho tanta gracia , que me he puesto a
investigar y a contrastar datos, y ahora os lo cuento de una manera mucho más
clara.
-Estos investigadores americanos, comprobaron
que después de una fuerte discusión , o de una pelea, aumenta la grelina, o ”
la hormona del hambre”. Pero lo más curioso es que esto solo sucede a las
personas que tienen un peso saludable, ya que a los obesos, esto no les sucede.
-Cuando discutimos, se activa la grelina, y nos
entran ganas de comer, así que si queremos adelgazar o conservar nuestro peso,
lo más práctico es no discutir.
-También comprobaron que después de una buena
comida, ambos están mucho más dispuestos a hacer las paces.
-Mi madre , que era muy lista, siempre nos
aconsejaba que nunca planteáramos a nuestros maridos temas difíciles antes de
que hubieran comido, porque acabaríamos discutiendo, mientras que si lo
hacíamos después de comer, el hombre cuando tiene el estómago agradecido, está
mucho más receptivo para escuchar y discutir sin necesidad de pelear, je, je.
-Sabemos que las hormonas dirigen nuestros
procesos corporales, modulan nuestra reacción ante la ingesta de alimentos, y
guían el metabolismo y el equilibrio.
-Aunque no
las podemos controlar conscientemente, podemos influenciarlas a través de
nuestros comportamientos, el stress que padecemos, lo que comemos, la vida que
llevamos, las horas que dormimos …etc
-La leptina, es segregada por las células del
tejido adiposo, y la detectan los receptores del hipotálamo. Si no hay leptina,
no nos sentimos saciados, y nuestra alimentación puede llegar a ser
incontrolada e incansable.
-Las personas sanas y con un peso adecuado, tienen leptina, y los receptores lo detectan, y se
inhibe la alimentación. La leptina avisa de que ya has comido lo suficiente, y
se reduce el apetito, no tienes hambre.
-Las personas del experimento de Ohio, se
hicieron análisis de sangre y de saliva, y comprobaron que tras la pelea, sus
niveles de leptina bajaron considerablemente, por lo que tenían muchísima
hambre.
-Las discusiones de pareja, alteran el
metabolismo de las grasas, y pueden incrementar el riesgo de obesidad en
adultos, ya que altera el modo en el que el cuerpo procesa los alimentos ricos en grasa.
-En el estudio, participaron 43 parejas de entre 24 y 61 años, que llevaban un mínimo
de tres años juntos.
-Se les dio de comer, un menú de 930 calorías,
con 60 gramos de grasa.
-Dos horas después, les propusieron temas de
conversación susceptibles de discusión , como suegros, dinero, problemas de
comunicación…etc.
-Los que discutieron más acaloradamente,
quemaron cerca de 31 calorías menos por hora, tuvieron un 12% más de insulina
en la sangre(que contribuye al almacenamiento de grasa), y también presentaron
una mayor subida de triglicéridos, relacionados con riesgos cardiovasculares, mientras
que los que estaban contentos, quemaron 118 calorías más, lo que sería igual a
un aumento de 5 kg de peso al año para los que se habían peleado.
-Los científicos, han sido tajantes. “Las
personas que perciben a su pareja, como alguien que a veces les apoyan y otras
les desilusionan, presentan mayores riesgos de de calcificación arterial
coronaria, y muchas posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiaca.
-Resumiendo, si queremos a nuestra pareja,
deberemos evitar estas peleas que nos engordan, nos amargan y nos hacen perder
la salud.
-Discutir frecuentemente, mina cualquier relación, es malo para el corazón y para todo el organismo.
Discutiremos, si no hay más remedio, como decía mi madre, con educación, sin faltar al respeto, y siempre después de haber comido bien, nunca con el estómago vacío ni con hambre.
-Buenas noches