Nuestra memoria olfativa nos trae recuerdos.
-Las gándulas olfativan provocan los recuerdos, y
a veces de la manera más inesperada, un olor nos provoca emociones, nos traslada a la niñez, a
las tartas de nuestra abuela, a las
comidas de fin de año, a los días de lluvia….
-Podemos asociar un olor con un recuerdo, porque
la memoria olfativa es emocional, y se
relaciona con el sistema límbico del cerebro,
la amígdala y el hipocampo, participan activamente en todos los procesos
de la memoria.
-Los bebés huelen en el útero materno, y, si un olor les gustó, nos servirá para
tranquilizarles una vez fuera, por eso reconocen inmediatamente, el olor de su
madre.
-Una cosa muy práctica que podemos hacer, cuando un bebé está
nervioso; es poner dentro de la cuna una
prenda de ropa de su madre, para que al olerla esté relajado y se duerma
enseguida.
-Como los olores desagradables los tenemos
asociados a cosas malas, se nos dispara la alarma al olerlos, y por eso nos protegen de escapes de gas, comida
podrida, humo, amoniaco, poniendo en marcha inmediatamente un mecanismo de
defensa que nos aparta de posibles peligros.
-Nuestro sentido del olfato, es 10 mil veces más
sensible que cualquier otro de nuestros 5 sentidos, y está en el único lugar donde el sistema nervioso central
está directamente expuesto al ambiente.
-Otros sentidos que aparentemente parecen
superiores, no lo son , porque el gusto, o el tacto, deben viajar por nuestro
cuerpo a través de las neuronas y la médula espinal antes de llegar al cerebro,
mientras que la respuesta olfatoria es inmediata y se extiende directamente al
cerebro.
-Cuando estamos oliendo aromas agradables,
nuestro cuerpo se pone tan contento que elabora endorfinas, y ya los antiguos
egipcios, utilizaban el “Kyphi”, un perfume exclusivo para sanar el espíritu,
eliminar pesadillas, y calmar la ansiedad”.
-Buenas noches