-Todos tenemos diferentes experiencias a lo
largo de nuestra vida y estas son las que nos van a marcar nuestra manera de
ser y creer en los otros.
-Una persona que ha tenido muy malas
experiencias en las que la gente les ha mentido y engañado, tendrá una baja
autoestima y malas expectativas con respecto a los otros.
-Confiar
en los otros es creer lo que dicen en
general y lo que nos dicen a nosotros.
-Los valores, actitudes, forma de ser,
creencias, etc, son las que retroalimentan cada relación.
-Lo mejor es confiar dentro de unos límites y no
pasarnos en la confianza que damos ni en la que depositamos en los demás.
-Pensar bien de todo el mundo es lo ideal,
mientras no nos demuestren lo contrario.
-La confianza no puede ser ciega por eso nos
vamos a fijar atentamente para saber en quien podemos confiar y en quién no.
-El lenguaje corporal nos dará una buena pista y
nos aportará mucha información sobre los otros; sus movimientos y sus gestos a
veces nos dicen lo contrario que sus
palabras.
-Confiar en los compañeros de trabajo a veces es
difícil y preferimos hacer las tareas solos porque no confiamos en que lo vayan
a hacer bien .
-Tenemos que tener muy claro que lo que nos mueve a pensar de ellos así,
no es la envidia, sino la observación sincera de su trabajo.
-Pensar en frío es muy importante , porque como
decía Sta Teresa: “en momentos de crisis , no hacer mudanzas”, así que nos
calmaremos unos minutos antes de enjuiciar cualquier situación.
-Intentaremos no idealizar a las personas cuando
carecemos de la información suficiente para hacer un juicio.
-Seremos honestos en todo momento , porque lo
ideal es vivir rodeados de personas en las que confiamos y ellos también confían
en nosotros, porque reunidos llevaremos una vida mucho más agradable y
armónica.
-Dependemos mucho de los otros, pero no de su
ignorancia, sino de su honestidad para nosotros y para ellos mismos.
-Quien siembra verdad cosecha confianza.
-Quien siembra cariño, cosecha gratitud.
Quien siembra amor cosecha felicidad.
-Buenas noches.