Después de la comida de Navidad, todos queremos ponernos a
dieta.
-Nos han educado en una cultura de que todo se celebra
comiendo, porque nuestras madres eran niñas en la guerra civil española, que en
Madrid, fue muy dura, y quien más y quien menos, pasó hambre y escasez…..
-El problema está en que
aunque nosotros, ya no pasamos, ningún hambre, nos criaron nuestras
madres, a las que las preocupaba muchísimo que comiéramos lo suficiente, y que
nuestra dieta, fuera equilibrada, y tomáramos suficiente leche, fruta, verdura,
proteínas y vitaminas, para evitar que creciéramos raquíticos.
-Nuestros hijos, no han tenido ningún problema. Y al haber
crecido en una sociedad muchísimo más próspera, no solo no han carecido de
nada, sino que han tenido demasiada cantidad de todo, y nosotras, como
aprendimos de niñas, asociamos todo lo que sea celebrar, a comprar, cocinar y
servir grandes cantidades de comida.
-Cuando vamos a pasar unos días a París, a visitar a mi hijo
Daniel, mi hija y yo comemos a veces
fuera, y siempre nos sorprende
que el menú, en las cafeterías, se compone de un primer plato, y un segundo
plato, en raciones pequeñitas, o un segundo plato y un postre, pero ningún menú
normal, en comercios tipo El Corte Inglés, como pueda ser “El Bazar del Hotel
de Ville”, no tiene nada que ver con lo que solemos comer aquí.
-Cuando paseamos por las orillas del Sena, en el puente de
madera que cruza al Museo del Louvre, “Le Pont des Arts”, la gente se sienta si
hace un poco sol, o si no hace frío por la tarde a hacer un pequeño pic-nic,
unos junto a otros, y si te fijas en sus menús, suelen llevar un mantelito que
extienden con un poquito de queso, vino
y piquitos de pan.¡ Es otra cultura!, porque en Madrid, cuando vamos de
excursión, nuestros menús de pic-nic, son parecidos a los que llevaríamos si
fuéramos a segar, o a recoger la cosecha: tortilla de patata, croquetas de
jamón, empanadillas, filetes empanados, embutido, fruta….etc, y lo malo es que solamente
vamos a comer al campo. Por eso, cuando mi hija Gema y yo regresamos de París,
siempre estamos muy delgadas, porque además en parís, andamos mucho, porque es
muy llano, o vamos en transporte público, no como en Madrid, que vamos en coche a todas partes
-Así que después de la comida de Navidad, donde hemos comido
muchísimos aperitivos, langostinos, cordero, tartas, turrones, sorbete de
limón, mazapanes….etc; después de una
gran cena de Nochebuena, pues nos atacan los remordimientos, y todos decidimos
empezar una dieta sana, durante la semana que falta para Nochevieja y Año Nuevo,
porque si no, vamos a ponernos todos malos y saldremos rodando.
-¡Ojalá nos dure la voluntad de comer sano por lo menos
una semana!