Esta mañana he estado haciendo croquetas. Mi madre, que era
una gran cocinera, decía que las croquetas son como los niños, que hay que
tratarlas con cuidado y con delicadeza, pero que no podemos perderlas de vista
ni un segundo.
-En mi familia,( como en casi todas las casas donde había muchos
niños), cenábamos muchas noches croquetas.
Yo, tengo aquellas croquetas grabadas en mi subconsciente, y siempre que valoro
unas croquetas, lo hago comparándolas con las de mi infancia.
- Nuestras croquetas, las hacían mi madre o mi tía Loti, y tenían un
sabor tan exquisito que parecían pasteles, que se te deshacían en la boca.
-Ayer, cuando estuve con mi hermana Mª José haciendo las compras
para la cena de Nochebuena, tardé mucho en escoger el jamón para las croquetas,
pues no tiene que ser ni duro ni blando, ni salado ni soso. Debe estar en el
punto justo para darles el perfume a jamón ibérico, suavizado con el huevo
duro, que apenas sabe a nada.
-Las croquetas, mucha gente cree que es un plato fácil de
preparar, y que las hace cualquiera, yo no estoy en absoluto de acuerdo, pues
creo que es mucho más fácil hacer un asado que unas sencillas croquetas……
-Las croquetas son pesadas de hacer, pero si como en mi
caso, las haces con ilusión para que coma algo muy casero mi hijo Daniel que
vive en París, y está pasando las Navidades en casa, o para que las coman los
niños pequeños, ya que les resultan muy fáciles de manipular con sus cubiertos,
y les encanta el sabor, o para que disfruten mi marido y mis hijos Gema y Félix
tomándolas de aperitivo, pues se te hace mucho más llevadero, porque ya sabemos
como nos dice Punset que la felicidad está en el camino, no en la Meta.
-El primer paso, es tostar un poco 6 cucharadas soperas de
harina con aceite de oliva Virgen extra en una sartén y moverlo mucho ,( para
que no sepan a harina, decía mi madre), y luego, con mucho brazo, se va añadiendo
poco a poco la leche con cuidadito dando vueltas y vueltas con una cuchara de
palo, para que no se hagan grumos .
-Mantenemos cociendo la bechamel, durante al menos 5 minutos
sin dejar de remover. Entonces añadimos el jamón cortado muy chiquitito, con el
huevo duro, y se da el punto de sal ( yo no echo sal), y se sigue haciendo un poco más sin dejar de
remover.
Cuando la masa está en su punto, que tiene que ser ni
líquida ni muy espesa (ja,Ja), se echa en una fuente alargada y no muy honda,
tipo besuguera, y se deja enfriar durante dos horas como mínimo.
-Al rebañar la cazuela, la masa deberá estar exquisita; por eso ya sabes antes de
freírlas si te han quedado bien……
-Por la tarde he
rebozado unas pocas con huevo y pan rallado. Para que me queden crujientes, yo,
cojo masa con una cuchara, y la paso un poco por pan rallado, luego la paso por
huevo batido, y la vuelvo a pasar otra vez por el pan rallado, dándoles la
forma con la mano.
-Al terminar de rebozar todas, las he frito de 6 en 6 en una
sartén mediana para que no se llenen de espuma, y las he ido colocando en un plato con papel de cocina
para que no queden aceitosas.
-Cuando por fin, las
he puesto en la fuente, mi hijo Daniel y mi marido, estaban deseando probarlas,
así que se las he servido calentitas, y
la verdad es que han sido un éxito.
-He guardado bastantes para mis nietos que vienen el viernes
a pasar el día y les encantan, y para que también las prueben Gema y Félix
-Cocinar es una actividad creativa y relajante, y te hace
sentirte orgullosa cuando ves que se lo comen todo.
- La cocina, requiere paciencia, imaginación y sobre todo
mucho cariño.
-Cuando cocinas con ilusión para tu familia, creo que todo
sabe mejor.