Una vecina me ha contado que está harta de lo mandón y lo dominante que es
su marido.
-Dice que todo empezó hace cosa de un año, pero que ahora, casi nunca
tiene detalles con ella.
-Deben llevar muchos años juntos, pero como la vida es tan sorprendente,
resulta que justo ahora, que se ha casado su hijo pequeño, y se han quedado
solos; se ha dado cuenta de que no le puede soportar ni un día más…….
-A mí, cuando pasan estas cosas, me da mucho miedo, pues las mujeres, a
veces, nos pasamos la vida comportándonos de una manera, que aparentemente nos
gusta, y de pronto, un día , nos levantamos diciendo :¡Basta!, y no pasamos una
cosa más, por tonta que nos parezca.
-Yo, que conozco a
muchísima gente,( pues he trabajado 32 años en un colegio, donde teníamos cada
profesora 2 clases como mínimo, con más de 20 alumnos cada curso), por lo
que teníamos casi todos los días visitas de padres, que te hablaban de lo
divino y de lo humano…
-Las madres, si iban a
hablar contigo solas, sin el marido, acababan contándote mil detalles de su
vida privada, ya que las mujeres, cuando nos sentimos comprendidas, no tenemos
ningún problema en explicar lo que nos pasa, y hay muchísima más gente de
la que nos podemos imaginar, que no cuenta con una amiga de confianza, o un
familiar con el que desahogarse.
-Yo siempre les
aconsejaba, que cuando hicieran algo que no les gustara, que se lo dijeran,
porque como dicen los militares: “Las faltas de insubordinación se reprimen en
el acto”, y no creo que sea bueno pasar ni una sola falta de respeto,
porque una vez que se han perdido los buenos modales, la relación se hará
prácticamente insostenible
-Las mujeres que ya
han cumplido 50 años tienen serios problemas en caminar por la vida con
su marido en paralelo y como buenos amigos, porque los hombres de más de 50
años se casaron en general con chicas educadas por sus madres, con
un peligroso mensaje subliminal de que al marido hay que mimarle, y muchas
veces, ellas mismas se olvidan de pensar lo que les gustaría a ellas.
-Suena fatal, pero es
así, y lo ha sido durante muchos años.
-Yo me reía para
quitar hierro, pero desde luego, muchos maridos de compañeras mías jamás
las piropeaban , ni tenían atenciones con ellas, y lo peor, es que ellas
se habían acostumbrado a formar parte del mobiliario……
-Probablemente son
hábitos que se aprenden en las casas, y hay familias que parece que
no saben expresar sus sentimientos.
-Yo no tuve
nunca esa situación, porque nos casamos muy jóvenes y muy enamorados, y siempre
nos hemos piropeado mucho el uno al otro, y hemos discutido, y
hemos vuelto a hacer las paces, sin rencor .
-Las mujeres, me
parece a mí, cambiamos muchísimo más que los hombres a lo largo de
nuestra vida. Ellos son más o menos igual que eran cuando les conocimos y
si en algo nos parecen que han empeorado, es porque se nos ha caído la
venda de los ojos del enamoramiento, y aunque les queramos mucho, ya no estamos
obnubiladas.
-Así que los hombres
que quieran a sus mujeres, y piensen que les encanta seguir en pareja, no van a
tener más remedio que revisar su actitud, y empezar a tener “detallitos”.
-La vida, sabemos que
es una travesía muy dura, en la que necesitamos muy a menudo, achuchones,
abrazos, descanso y sobre todo muchísimo cariño para seguir adelante.
-Necesitamos tiempo
para nostras mismas, para hablar con amigas, para soñar, para recordar, aunque
luego volvamos sin quejarnos a nuestra rutina.
-Pero para seguir con
nuestra vida, es básico que encontremos en ellos comprensión y cariño, que nos
digan algún piropo, que ponderen nuestra habilidad, sea esta la que sea, y si
el hombre es listo, sabrá que a las mujeres se nos conquista por el oído,
por eso hay un antiguo refrán que dice :
-“La mujer se enamora
siempre, del hombre que está enamorado de ella”.
-El marido de mi
vecina, ha obviado todas estas cosas, y ella se ha ido cargando de mala sangre
contra él, y ahora creo que esto que les pasa, tiene mal arreglo
- Yo, la he
aconsejado, que busque una terapia de ayuda que hace maravillas, ya que les
permite retomar la relación siendo más educados y
detallistas.
-Seguimos sin saber
por qué motivo tratamos a los de fuera mejor que a los de casa. Quizás sea,
porque creemos que los tenemos amarrados, y esto nunca es así, porque a las
mujeres, se nos conquista muy fácilmente por el oído, y somos capaces de
perdonar cualquier cosa que venga acompañada de disculpas, buenas palabras,
abrazos…….
-Yo, nunca pierdo la
esperanza de que las personas, recapaciten, y luchen por sus relación, porque
si realmente en algún momento estuvieron enamorados, es facilísimo mirándose,
rebobinar y empezar de nuevo, sembrando flores en vez de espinas. ¡Suerte!