La vida es una maestra sabia que desde que nacemos nos da
lecciones; lo que creemos que son problemas, a veces no son más que cosas que
debemos aprender, porque cada suceso por pequeño que sea, tiene su pequeño
aprendizaje, cómo los cuentos que contaba Patronio al Conde Lucanor.
-Tenemos que estar alertas en el presente, porque el pasado
ya pasó, y el futuro, en cuanto llega, se convierte en otro presente.
-Cuando estás enfermo y te recuperas, empiezas a darte cuenta del gran don que es la
salud.
Tenemos una maquinaria complicadísima que es nuestro maravilloso cuerpo, y cuando todo está en orden, se mueven los órganos con una precisión matemática.
Tenemos una maquinaria complicadísima que es nuestro maravilloso cuerpo, y cuando todo está en orden, se mueven los órganos con una precisión matemática.
- Es como un elegante ballet, en el que todos los bailarines
saben perfectamente sus movimientos y los ejecutan en los tiempos correctos.
-Cuando enfermamos, solemos tener la culpa nosotros porque
hemos exprimido demasiado nuestras fuerzas, no hemos considerado nuestras necesidades, no hemos comido adecuadamente,
no hemos hecho ejercicio saludable, y no hemos descansado lo suficiente.
-Haremos la promesa como si fuera Año Nuevo de no dejar de
hacer nada que nos beneficie, y no hacer nada que nos perjudique
-Recordaremos que Dios nos puso a nuestro cargo a un
maravilloso ser humano, con el sublime encargo de que le hiciéramos libre y
feliz; y, como ese ser humano somos nosotros, debemos reflexionar sobre la
importancia de hacernos felices a nosotros mismos.
-Cuando consigamos tener ese perfecto equilibrio, habremos
conseguido ponernos en el camino correcto hacia nuestra felicidad.
- No olvides que tu felicidad no es un derecho, sino que
como dice Facundo Cabral, es un deber, porque si tú no consigues ser feliz,
amargarás la vida de todos los que te rodean.
-¡Permítete ser feliz!