Una amiga mía, está en tratamiento con un psiquiatra, porque no acaba de
remontar de una depresión, y me contaba esta mañana que las pastillas la tienen
medio drogada…….
-Hay momentos en los que todos tenemos el ánimo bajo, sobre todo después
de haber pasado una gripe que nos ha dejado muy cansadas.
- En esos momentos,
tendemos a valorar casi todo de forma muy negativa, y
ese negativismo, se va instalando, hasta pasar a formar parte de nuestro
lenguaje interior; por eso, intentaremos por todos los medios subir el
ánimo, ya que lo que más alegra es la propia alegría.
-Vamos a jugar a tener solamente pensamientos positivos, vamos a utilizar
una “Técnica de Distracción”, que consiste en algo tan sencillo como
desviar una emoción negativa, a una placentera y positiva.
-Nuestra mente, solo puede pensar una cosa cada vez, por eso si nos
encargamos de que siempre esté ocupada con pensamientos positivos, no tendrá
tiempo para la negatividad.
-Vamos a hacer un juego, si ves que estás desanimado, y te llega un
pensamiento negativo, inmediatamente cámbialo por su contrario.
-Si de pronto, te das cuenta de que estás criticando a alguien, cállate y
empieza a decir cosas buenas de él o de ella.
-Para conseguir este hábito de decir y pensar solamente cosas positivas,
necesitamos un tiempo de prácticas, para acostumbrar a nuestro subconsciente a
nuestra nueva personalidad, pero en cuanto lo logremos, será coser y cantar.
-Es mucho más agradable decir cosas buenas que malas, y lo primero que
tendremos que vigilar, será la manera en la que nos referimos a nosotros, nunca
más diremos:`
-Soy un desastre, soy tonto, tengo una cabeza, se me olvida todo……..
-lo cambiaremos por algo así:
-Soy estupendo, siempre he sido listo, me acuerdo de todo…..aunque nos de
la risa .
-Recordaremos que la persona en la que podemos influir más ,
somos nosotros mismos, así que tendremos mucho cuidado con lo
que decimos.
-Repetiremos la frase favorita de mi
hermana Mima “Seamos nuestro abogado defensor, no nuestro fiscal”.