Esta mañana hemos estado en el famoso mercado de las
pulgas de París ”Les Puces de San Queen”que es actualmente uno de los mercados de antigüedades más
grandes de Europa, con 2.500
puestos que abarcan 7 hectáreas.
-Es el cuarto mercado más visitado de Francia, y el
segundo de París.
-Hemos tomado
la línea 4 del metro hasta la última
estación “Porte de Clignancourt”, y
hemos llegado enseguida.
-Al principio te
confunde encontrarte con puestos típicos de mercadillo moderno, pero si sigues
andando, empiezas a ver las calles llenas de tiendas de antigüedades, y de
puestos en el suelo con un poco de todo.
-Me ha recordado mucho
al Rastro de Madrid, y ha sido muy divertido pasear y ver a cada paso tiendas originales con cosas muy
bonitas.
-El mercado es
grandísimo, aunque yo no creo que
hayamos visto más de 100 puestos.
-Los que más nos
han gustado son los que tienen un poco de todo: relojes,juegos de época, porcelanas, muebles, cachivaches preciosos que
aunque no sabes para que valen te gusta
mirar……
-La señora de una
de las tiendas nos ha contado que su creación se debió a una prohibición de los
concejales de París a finales del siglo
XIX de que los traperos y chamarileros que compraban pisos completos al morir sus
dueños con todos sus muebles y objetos personales, se pusieran a trabajar
separando las cosas que habían adquirido en el medio de las calles o de los
boulevares parisinos.
-Estos se unieron y
decidieron instalarse en los municipios
limítrofes, a las puertas de París.
-A partir de
entonces empezaron a hacer exposiciones regulares de sus mercancías, pero hasta
el año 1985 no se creó el Marche de Las Puces de París.
-Se publicaron los reglamentos,
se adoquinan las calles principales del mercado, y se crearon aceras, teniendo
que pagar cada comerciante que se instalara allí una tasa.
-La suerte les
llegó enseguida, porque varios
periódicos publicaronn la noticia de que coleccionistas expertos habían
encontrado auténticas obras de arte en el mercado a precios irrisorios, por lo
que cada vez, empezó a atraer más visitantes, y se puso de moda entre las
clases altas.
-Mi hija Gema se ha
comprado este precioso florero de porcelana antigua, con agujeros para meter las
flores de una en una, que ella pensaba utilizar para sus pinceles, aunque viéndolo
despacio en casa, quizás lo use de florero porque le da pena que se rompa si
tiene mucho trasiego.
-Luego ha comprado
una colección de fotos antiguas para regalar a su amiga Elena que es fotógrafa,
y que las valorará, ya que muchas son como las que tenía mi abuelita tarjetas postales
escritas.
-Como las fotos
eran un artículo de lujo, se hacían postales para enviar a los amigos o
familiares, y cada una cuenta una pequeña historia.