Hay tanta gente que sufre que no podemos fingir
que no les vemos……
-Esta tarde
estaba viendo como restauraba mi hija
Gema en su estudio un maravilloso farol de
Madrid de bronce que es igual a los que están en el palacio Real (para Adrián e
Inmaculada).
-Armada con
gafas especiales y con multitud de pequeños hisopos de algodón en el extremo de
un palo largo, los metía en extraños frasquitos, y luego frotaba con muchísimo
cuidado.
-Viéndola, he pensado que qué fácil parece
sacar a la luz las cosas que permanecen tapadas por renegridos barnices.
-Sería maravilloso
si pudiésemos restaurar el alma dolorida de tantas personas con la misma
facilidad; simplemente armadas con las gafas los guantes y los hisopos.
-Necesitaríamos
un hisopo grande para poder quitarnos de encima todas esas pequeñas cosas que
nos han hecho tanto daño.
-Necesitaríamos
un líquido que nos limpiara la máscara que la vida nos obliga a veces a
ponernos para disimular nuestros sentimientos.
-Necesitaríamos
una gamuza suave para secar las lágrimas vertidas innecesariamente.
-Necesitaríamos
una máquina de fotos para guardar los buenos momentos que nunca vuelven.
-Necesitaríamos
un muletón blandito para evitar que nadie nos arañe ni nos lastime.
-Necesitaríamos unas pinzas para poder agarrar con cuidado las cosas malas y poderlas lanzar lejos antes de que nos contaminen.
-Necesitaríamos
también un pequeño frasquito para guardar los olores que nos transportan a
nuestra infancia donde todo eran risas y fiestas.
-Necesitaríamos
unas gafas grandes transparentes que protejan nuestros ojos y que nos impidan ver lo malo y lo sórdido de
algunas personas.
-Al final
quedaremos totalmente restauradas como el farol Madrid que enseguida
iluminará otra vez la preciosa casa de Adrián e Inmaculada.