Disfruta de
las pequeñas cosas que te suceden cada día, porque cuando la vida va pasando
páginas te das cuenta de que esas
precisamente son las más grandes.
-Muchas veces
sin darnos cuenta posponemos algo divertido y apetecible, porque no nos parece
serio, y es una gran torpeza, porque esas son las cosas que nos hacen felices.
-Recuerdo
que un día en el colegio (British Council School de Madrid), nos anunciaron con muchísima antelación la
visita del príncipe Eduardo de Inglaterra.
Venía por algo relacionado con un acto en el
British Council, iba a ser una visita privada y aunque visitaría el colegio, y se
daría un paseo por las distintas clases no iba a entrar en ninguna, pero sería
conveniente que tuviéramos las clases bonitas y que los niños se comportaran
adecuadamente.
-Pasamos una
semana, intentando hacer trabajos que además de servirles a los niños para
continuar con el programa, fueran bonitos estéticamente hablando, y que
adornaran bien las paredes de la clase.
-Como en mi
colegio compartimos el tiempo con la profesora británica, y ella siempre tiene
arte como asignatura, con ella hicieron cosas preciosas, como siempre hacían.
Yo tenía con 4º de primaria un bloque de dos horas,
en las que daba Lengua e Historia…
-A mí se me
ocurrió, como estábamos trabajando la descripción, darles a cada uno una hoja
con la mitad en blanco, y la otra mitad rayada para que dibujaran a su
compañero, e hicieran una descripción no solo de su aspecto, sino también de su
carácter.
-Los niños
son muy espontáneos, y quedaron unos trabajos preciosos, y algunos incluso se
parecían…..
-Nos reímos
mucho leyendo los textos porque algunos ponían cosas muy divertidas.
-El día de
la visita, los niños estaban más guapos que nunca, con sus uniformes impolutos,
los zapatos brillantes, los dientes blanquísimos, se notaba que sus mamás se
habían esmerado, y todos tenían un aspecto impecable.
-Cuando
llegó el príncipe Eduardo, se paró en mi puerta, me saludó, y entró a hablar un
poco con los niños, que estuvieron educadísimos y muy graciosos como son ellos,
alguno incluso le enseñó su trabajo.
-Luego
bajamos a una asamblea, donde el Príncipe les habló de su infancia, de sus años
de estudiante en la escuela Gibbs de Londres, en Heatherdown Preparatory School,
y más tarde en Gordonstoun en Escocia, pero les confesó que lo único que
recordaba con auténtica ilusión eran sus estudios de carpintería, que fue para él un descubrimiento, porque
hacer sillas es una de las cosas que le hacen más feliz, y cuando tiene
problemas, se baja a su pequeño taller a trabajar la madera…..
-Después
tuvimos una copa todos los profesores, donde nos le presentaron
individualmente.
-Al llegar
mi turno, se me quedó mirando muy fijamente y me dijo; Miss Paloma: perdone la
pregunta, pero ¿están sus alumnos tan callados y tan atentos siempre?.
-Yo me quedé
cortadísima, y me faltaba vocabulario para contestarle en inglés; así que le
dije en español (que le tradujeron sus acompañantes mirándome con gesto de
¡Como te atreves de decir esto a un hijo de la reina!,) :
-No, jamás están
así, porque son niños de 9 años. Lo que
pasa es que hoy estaban amenazadísimos…..
-Empezó a reírse
a carcajadas, y me contesto: Muchas gracias por su sinceridad, y a cada rato, me miraba y se reía…..
-Esto viene
a cuento de que todo un príncipe de una monarquía reinante y poderosa, se
siente feliz fabricando sillas con sus propias manos, es decir siendo
carpintero.