No hay nada que relaje más que hacer lo que uno quiera; un cambio de planes nos ayudará a romper las tensiones acumuladas a lo largo del día y a sentirnos más felices.
-Intentaremos poco a poco ir haciendo pequeños cambios en
nuestras rutinas diarias , porque tal y como estamos actuando ahora , no nos ha
dado resultado y no nos sentimos a gusto.
-Concentrándonos
unos minutos en nuestra respiración y fijándonos en el sonido serán suficientes para
tranquilizarnos.
-Inspira……Expira…….Inspira …..Expira….cuando lo
hagamos durante un ratito, notaremos mucha calma y mucha paz.
-Tener un horario rígido y encorsetado es malo; es una manera de cuadricular la vida y nos produce mucho estrés.
-A partir de ahora vamos a no fijarnos en los
pequeños problemas, que no suelen ser más que “tontunas” que solo nos dan
preocupaciones y nos hacen perder nuestro tiempo de relax .
-Mañana saldremos de casa diez minutos antes de
lo que pensábamos para evitar el agobio de las prisas y el miedo a llegar tarde.
-Si todo nos sale bien , habremos conseguido
diez minutos “extras” con los que no contábamos, y que podremos emplearlos en
relajarnos antes de empezar lo que tengamos que hacer.
-No volveremos a preocuparnos por lo que pueda
pasar, porque sabemos por experiencia que casi nunca pasa lo que pensamos ,
pero si pasara, nos preocuparíamos
entonces.
-Probaremos infusiones exquisitas como la menta
que es relajante y tacharemos de nuestro menú diario el café y otros estimulantes que nos pongan nerviosos.
-Repetiremos a menudo que estamos muy tranquilos
porque el subconsciente no tiene sentido del humor, y no entiende de ironías,
simplemente se lo cree y actúa en consecuencia.
-Cuidaremos
nuestros pies y no los maltrataremos. Nos pondremos zapatos cómodos,
porque los podólogos saben que la
relajación empieza por los pies, así que si llevamos un calzado confortable es como si fuéramos
descalzos.
-Buenas noches.