Sabemos que nuestra expresión informa mucho más
sobre nuestro estado de ánimo que nuestras palabras a nuestros interlocutores,
por eso si no estamos contentos con el mensaje que les estamos enviando. ¡Vamos
a cambiarlo ya!.
-Vamos a cambiar nuestro gesto preocupado,
nuestro ceño fruncido o nuestra expresión de aburrimiento por uno alegre y
sonriente. ¡Hagámoslo!, a ver si resulta…..
-Nuestro subconsciente no es tan listo como
parece porque si nos ve sonrientes, no se pone a investigar si es real o
fingido; así que si nos colocaremos una gran sonrisa en el espejo, mientras estemos sonriendo no podremos estar
tristes ya que el rictus de la alegría es incompatible con la tristeza.
-Los expertos investigadores en Lenguaje
corporal y facial, han llegado a la conclusión de que la cara es la zona más
expresiva de nuestro cuerpo, y la que queda más expuesta durante nuestras
interacciones sociales.
-Como sabemos que podemos cambiar nuestro estado
anímico modificando nuestra expresión facial, en cuanto notemos que nos invade
la tristeza o la desgana, adoptaremos
una expresión alegre y acabaremos sintiéndonos alegres , y las personas con las
que hablemos también sonreirán y se
alegrarán porque la sonrisa es muy contagiosa.
-Nuestros gestos faciales nos delatan instantáneamente,
porque cuando conversamos con alguien, este
mira constantemente nuestra cara, y sabrá si estamos interesados en lo
que nos dice o estamos deseando que
acabe de una vez.
-No se trata de empezar a ser hipócritas sino de
mejorar nuestro ánimo para mejorar nuestra vida y también nuestras relaciones
sociales.
-Es un hecho que si estamos contentos , la vida
resulta mucho más alegre que si estamos disgustados o enfadados y como no
podemos cambiar lo que nos pase, empezaremos por cambiar la manera en que
aceptamos y asumimos eso que nos pasa, viendo el lado bueno , o la ventaja de
haber aprendido una lección, porque la vida es como una escuela.
-Intentaremos mostrar a nuestros niños el lado
alegre y positivo de las cosas
enseñándoles a convivir con los problemas, distinguiendo como expresa el poema que recitan los
alcohólicos anónimos :
-“Que la serenidad Dios me conceda,
de
aceptar lo que no puede cambiarse.
-El valor de cambiar lo que es cambiable.
-Y el don de distinguir la diferencia”.
-Buenas noches.